Extractos de la conferencia del profesor León Trahtemberg, Director General del colegio «León Pinelo» de Lima, en el Instituto Genealógico de Israel, el 14 de Enero 2002. Basado en los libros del mismo autor «La Inmigración Judía al Perú 1848-1948» (1987) y «Los Judíos de Lima y de las Provincias del Perú»(1989).

Los judíos peruanos han vivido una experiencia demográfica y económica que se asemeja a la expansión y contracción de un acordeón, pero que ha llegado al límite de su posible contracción y puede degenerar en su extinción.

A partir de un grupo pequeño de individuos judíos muy pobres inmigrados en la década de 1910, hacia los años 1950’s y 1960’s se convirtió luego en una comunidad muy próspera, para ingresar luego a un proceso de reducción y decadencia que la ha llevado a una encrucijada: o se avoca a una rápida y drástica reingeniería comunitaria para adecuar sus instituciones y recursos a su realidad económica y demográfica actual, o mantiene la inercia institucional con lo que en pocos años perderá el magnetismo para seguir atrayendo a los judíos para que se queden en los marcos comunitarios, especialmente en las sinagogas y el prestigioso colegio «León Pinelo». Veamos como ha sido el proceso.

Década de 1910: Es la época de la llegada de los primeros judíos ashkenazim y sefaradim, quienes para fines judíos se congregan con los pocos judíos alemanes que quedaban del siglo pasado en sus instituciones, usando además su cementerio. Es un período de prueba, tanteo, en el que los inmigrantes solitarios buscan que hacer fortuna en Lima. A fines de la década ya hay 400 judíos.

Década de 1920: En esta década continúa la inmigración de jóvenes principalmente ashkenazim que buscan fortuna, muchos de los cuales salen a las provincias donde desarrollan el comercio a crédito. Al alcanzar un número suficientemente grande se separan los sefaradim de los ashkenazim, constituyendo la «Sociedad de Beneficiencia Israelita Sefardita»(1920) y la «Unión Israelita del Perú» (1923) respectivamente. En 1925 fundan la «Organización Sionista del Perú». Los alemanes se terminan de asimilar totalmente. La población judía al final de la década alcanza el millar.

Década de 1930: Período de estabilización económica de las familias judías más antiguas. Hay abundante trabajo y oportunidades de hacer fortuna para los inmigrantes. Hacia 1933 llega una nueva inmigración alemana y austriaca que constituyen la «Sociedad de Beneficencia Israelita de 1870». Se conforman las primeras familias judías con hijos ya nacidos en el Perú. Se crean los movimientos juveniles Macabi, Ashajar, Ashomer y Betar. Se abren las sinagogas ashkenazi (1934) y Sefaradí (1933) en locales propios. En 1938 la Cancillería peruana prohíbe totalmente la inmigración judía al Perú. Al final de la década ya hay unos 2,500 judíos en el Perú.

Década de 1940: Es la década de la integración comunitaria para hacer frente al enemigo externo y los servicios internos. Se crea el «Directorio de la Colectividad Israelita del Perú» (1942) como órgano representativo de toda la judería peruana y se crean y unifican los servicios comunes: ampliación del cementerio, hogar de ancianos, colegio judío «León Pinelo» (1946), dos movimientos juveniles sionistas «Hanoar Hatzioní» y «Betar», grupos de mujeres sionistas (Wizo, OSE, Pioneer Women), «Comité Peruano Pro Palestina Hebrea» que consigue el voto peruano para la Partición, campaña pro víctimas de guerra, se crean la «Asociación de Crédito Israelita del Perú», la «Asociación Médica Israelita del Perú» y empieza a circular diariamente el boletín de la Jewish Telegraphic Agency, . En esta década se fortalece notablemente el vínculo con la educación judía y la causa sionista. A fines de la década y pese a las limitaciones para la inmigración la población judía alcanza a 4,000 personas.

Década de 1950: Esta es la década de la prosperidad comunitaria. Las familias judías ya están estabilizadas económicamente, los judíos de provincias migran de retorno a Lima en búsqueda de un marco social y educativo judío para sus hijos. En este período los judíos adquieren innumerables terrenos y construyen diversas instituciones judías: adquisición del local para la sociedad «1870», edificación del colegio «León Pinelo» y de la sinagoga de la «Unión Israelita», adquisición del local para la Embajada de Israel y otro para el «Círculo Israelita del Perú», construcción del Centro Cultural Social Deportivo «Hebraica», adquisición del local para «Bikur Jolim-Jevra Kadisha», traslado del Hanoar Hatzioní al inmueble del antiguo local del colegio, construcción del hogar de ancianos «Afilantis» y construcción de la sinagoga Mandel «Adat Israel». La población judía sube a 5,000 personas.

Década de 1960: Este es el período del cambio generacional en el que los judíos de la segunda generación, mayoritariamente ya nacidos y educados en el Perú, asumen las riendas dirigenciales. Continúa la prosperidad comunitaria, se fortalecen los vínculos con Israel, crecen las campañas del KH, aumenta la aliyah, el colegio judío ya congrega a más del 80% de los judíos de Lima y trae shlijim para el cargo de director y como profesores. Hebraica contrata un director de actividades extranjero, se contratan tres nuevos rabinos para las 3 sinagogas. A la par que se van extinguiendo las comunidades judías de las provincias crece la limeña, que llega a 5,500 personas.

Década de 1970: Aquí empieza el punto de giro de la comunidad judía que inicia su contracción económica y demográfica como consecuencia del golpe militar del general Velasco (1968-1980) que afecta a los propietarios de tierras (reforma agraria), industrias (comunidad industrial) e inmuebles (ley de alquileres). La crisis económica nacional, la politización de las universidades con huelgas y caída de nivel de calidad ahuyenta a los jóvenes judíos, que empiezan a emigrar para estudiar en el extranjero, especialmente Israel y EE.UU. Aumentan los matrimonios mixtos y se presentan las primeras muestras de antisemitismo abierto por la actitud antisionista y pro Palestina del régimen. Crece la delincuencia y la inseguridad ciudadana, que dan inicio a la emigración de familias judías para hacer aliyah u buscar otros destinos en el continente. La población judía cae a 4,500 personas al final de los 70’s.

Década de 1980: Este es un período de debilitamiento comunitario, con creciente emigración producto de la crisis económica de la deuda externa, la delincuencia, los secuestros, el terrorismo de Sendero Luminoso y el MRTA, todo lo cual genera expectativas futuras pesimistas. Cae la natalidad judía y los efectos combinados de todo lo anterior reducen la población escolar del máximo de 1014 alumnos en 1976 a 540 alumnos para 1990. Las instituciones judías pasan por penurias económicas. Empieza la discusión sobre «quién es judío» debido a la proliferación de los hijos de matrimonios mixtos. Cae la población judía a 3,200 personas a fines de los 80’s.

Década de 1990: Esta es la década en la que se observa claramente la decadencia comunitaria. Continúa el deterioro económico del país y de la comunidad, crece el desempleo y la pobreza judía. La dictadura fujimorista en su segundo quinquenio crea mucha tensión, temor y confusión. Disminuye la aliyah por los problemas internos de Israel y además el sentimiento de marginación de los latinoamericanos frente a la preferencia por los rusos. Aumentan los matrimonios mixtos, crece la emigración hacia EE.UU. y se sigue reduciendo el número de alumnos del colegio a 430. Después de 18 años, hacia fines de la década se suspende el viaje anual de los alumnos del colegio a Israel por razones económicas y por los problemas internos de Israel. Cada vez hay menos donantes judíos. A la par que empieza un despertar religioso en algunos sectores de judíos de mediana edad se incorpora a la vida judía un rabino de Jabad que se sostiene con parte de las pocas donaciones disponibles especialmente de la «Unión Israelita». La población judía cae a 2,700 personas.

Vale la pena anotar aquí que el despertar religioso que algunos sienten que ocurre en muchas partes del mundo, en el caso peruano coincide con la repetición de la situación histórica tan conocida de que cuando los judíos empiezan a sentir incertidumbre en su futuro, apremios económicos y otros, se acercan a la religión en búsqueda de refugio y respuestas.

Década del 2000: Este es el período que reclama una urgente reingeniería comunitaria que permita redimensionar su enorme patrimonio y sus servicios redundantes, de lo cual dependerá su futuro, en un marco de cierto optimismo nacional por la recuperación democrática del país a raíz de la elección del Presidente Alejandro Toledo. Sin embargo no hay mucho tiempo por delante. Esto exigirá despojarse de los argumentos emocionales y actuar con criterio profesional. Además, requerirá encontrar respuestas a tres tensiones que pueden destruir a la comunidad. Una, el desbalance entre los costos de pertenecer a la comunidad versus los beneficios percibidos. La segunda, el peso del inglés frente a lo judaico en la educación de los hijos. La tercera, la organización de la kehilá en una entidad integrada e unificada versus mantener sus 4 diferentes congregaciones judías con sus respectivos rabinos.

(ashkenazi ortodoxa, sefaradí ortodoxa, conservadora, Jabad)

Epílogo

Un gran peligro al que se acerca la comunidad judía peruana es el de la elitización que separará a unos de otros, en sus expectativas de servicios, educación y vida social. Si los judíos se segmentan y separan como en el caso argentino, los más pudientes resolverán sus problemas por su lado quedando al margen todos los otros quienes sin auspicios y etiquetados como pobres, no encontrarán incentivo para seguir perteneciendo a una comunidad que ya no los integrará bajo el ideal de la igualdad. Con ello la comunidad judía peruana habrá perdido su histórico valor unificador y para muchos perderá su sentido. Que Dios ilumine a nuestros dirigentes.

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The Jews of Peru at the Crossroads * The Israel Genealogical Society Vol 16, N 3, 10 Jun 2002