Por diversas razones vinculadas a los bajos desempeños de los alumnos y profesores en las diversas pruebas que toma el ministerio de educación, la imagen de los maestros se ha visto afectada ante la opinión pública, lo que ha golpeado su autoestima profesional. Lamentablemente esta imagen generalizada negativa pone en un mismo saco a la enorme diversidad de maestros que incluye por un lado a los que están muy bien preparados, tienen gran vocación docente y mucho éxito en su desempeño, y por otro lado a los que tienen una formación precaria, dedicación muy modesta y pocos logros por su trabajo. El peso de quienes dañan la imagen de los maestros le hace un flaco favor a decenas de miles de maestros que con mucha vocación de servicio, amor a los niños y dedicación responsable, se esfuerzan día a día para dar lo mejor de sí mismos en aras de lograr que sus alumnos salgan adelante en sus vidas. Estos maestros además de enseñar, estimulan la formación de habilidades, trasladan conocimientos y proporcionan técnicas que permiten que sus alumnos adquieran el bagaje indispensable para seguir aprendiendo. Así, les ayudan a hacer la transición entre el mundo privado del hogar al mundo público de la comunidad de ciudadanos. Estos maestros merecen un reconocimiento. Como no es posible hacerlo con todos, Interbank procura escoger cada año uno por UGEL, luego a 1 por región y finalmente a uno a nivel nacional para entregarles un reconocimiento en representación de todos los que lo merecen. De eso se trata el concurso “El maestro que deja huella” que acaba de convocar Interbank a nivel nacional por segundo año consecutivo, en el que con gusto participo como asesor –junto con Roberto Lerner y Hugo Díaz- y aquí ayudo a difundir para beneficio de nuestros lectores. Para alguien como yo que reclama más atención para la educación, es un gusto animar a los interesados a participar de este concurso para luego disfrutar todos de los relatos de los maestros que han dejado huellas en las almas infantiles de nuestra patria. El asunto es muy simple: cada maestro que siente que ha dejado huella en sus alumnos, es un buen candidato para el premio “El Maestro que Deja Huella -2008”. La versión 2008 del premio supera a la del 2007 en el sentido de que abre más oportunidades para los participantes. Ya no se requiere la firma del director del colegio y la UGEL. Basta que la postulación sea hecha por el mismo interesado o por alguno de sus alumnos, compañeros o padres de familia que lo consideren merecedor de un premio por las huellas que dejó en sus educandos por su labor docente. Para participar basta con llenar un formulario que se encuentra en las tiendas de Interbank en todo el territorio nacional o en internet en la dirección www.maestroquedejahuella.com.pe Se trata de documentar de manera sencilla las razones que llevan a proponer al elegido y postularlo como ganador del concurso. Podrán referirse a cualquier profesor en ejercicio, en las diversas disciplinas, que laboran tanto en Educación Inicial como Primaria, Secundaria y Especial, de instituciones educativas públicas, urbanas o rurales, en todo el territorio nacional. De cada una de las 204 UGELES saldrá 1 ganador, que un jurado reducirá a 26 –uno por departamento, que será premiado con un trofeo y una computadora- para que finalmente el gran jurado de la final escoja al ganador. Este se hará acreedor a un departamento valorizado en 20,000 dólares y un automóvil del año, mientras que el colegio en el que trabaja recibirá bienes por 5,000 dólares. El jurado de la final estará integrado por Patricia Salas O´Brien, ex Presidenta del Consejo Nacional de Educación; Andrés Cardó Franco, ex Ministro de Educación, Director Académico del Centro Peruano de Audición y Lenguaje; Jesús Herrero, Coordinador General de Fe y Alegría; Javier Sota Nadal, ex Ministro de Educación, ex Rector de la UNI, Asesor Educativo de la Cámara de Comercio de Lima; José María (Chema) Salcedo comunicador de RPP; José Miguel Morales, presidente de la asociación Empresarios por la Educación. Es decir, un jurado impecable para una misión muy delicada. Las inscripciones empezaron el 3 de marzo y concluirán el 16 de mayo. Los ganadores se conocerán el 11 de julio, como parte de las celebraciones del “Día del Maestro”. Con este reconocimiento público, se sacará del anonimato a tantos maestros peruanos que merecen que toda la comunidad conozca, valore y aprenda de su ejemplo. Esto se amplificará más aún cuando se publique el libro que recoja estas historias que permitirán que miles de maestros aprendan de las iniciativas y los ejemplos de aquellos que han dejado huella en sus alumnos.