Cuando se habla de invertir más en el sistema educativo, son importantes no solamente las voces de los educadores sino también las de los padres de familia, intelectuales, profesionales y sobre todo los empresarios, ya que aparte de los políticos son los actores con más peso social y político, y con más capacidad de poner algún tema de su interés en la agenda pública. Así lo han hecho con las salvaguardias, los aranceles, las sobretasas, los rescates bancarios, las exenciones tributarias, la legislación laboral, etc.
Si los empresarios pusieran en temas como salud ó educación el ímpetu que ponen en temas económicos o legales que les interesan, sin duda estaríamos mucho mejor.
Por eso me parece relevante comentar la siguiente anécdota que de alguna manera lo que nos está diciendo es que la educación no tiene arreglo porque ni los políticos ni los empresarios esperan mucho de ella.
Una reciente encuesta privada llevada a cabo en Argentina les pregunta a los empresarios y ejecutivos de recursos humanos de las empresas nacionales y transnacionales más importantes del país ¿que esperan ustedes del sistema educativo? La respuesta mayoritaria fue NADA. Lo que hacen es contratar a los sobrevivientes del sistema educativo, especialmente procedentes de colegios y universidades estatales porque éstos son los que han demostrado mayor capacidad de lucha por superarse y sobreponerse a las frustraciones que les plantea estudiar en instituciones estatales muy precarias. Son quienes a pesar de todas las piedras en el camino han sido capaces de graduarse. Aquellos que han tenido que superar la falta de bibliotecas, aulas hacinadas, catedráticos muchas veces incompetentes, falta de materiales didácticos modernos y computadoras, laboratorios con escaso equipo y material, etc. Sobre esos ingredientes de sus personalidades, las empresas se ocupan luego de su capacitación técnica para el trabajo específico. Por lo demás, si no encuentran al profesional idóneo en el país, lo traen de fuera. Así, del sistema educativo en realidad ya no esperan nada. Dicho sea de paso, no imaginan a sus hijos y mucho menos a sus nietos viviendo en Argentina.
Me sonó demasiado familiar a lo que conocemos de la realidad peruana y a la manera de actuar de muchos de nuestros empleadores de las medianas y grandes empresas, sean o no transnacionales. Si es así, si a una parte del empresariado no le interesa la educación ni imaginan a sí mismos y sus hijos en el Perú en 10 o 20 años, y si 77% de los jóvenes quieren irse del Perú, ¿quiénes se harán cargo de la apuesta por el futuro del Perú?
No sorprende entonces que la mayoría de los peruanos sean corto-placistas, sin visión ni reflexión sobre el futuro, y que no haya interés por acuerdos de largo plazo ni pactos nacionales como los que plantea el Acuerdo Nacional. Así las cosas el gran reto del próximo gobierno será devolverle al Perú la esperanza de su viabilidad como país digno de vivir en él dentro de las reglas de juego de la decencia, democracia y la modernidad, que son características que los electores deberían procurar identificar en los candidatos.
Una institución que está tratando de romper este círculo vicioso de pesimismo y falta de visión de futuro es el Consejo Nacional de Educación, aunque su presencia mortifica a algunos ex ministros que preferirían ser los referentes exclusivos de la educación. Después de todo, los ministros han estado acostumbrados a ser los conductores del sector sin más sombra que las ocasionales denuncias puntuales que realizan los congresistas y los medios de prensa pero que se archivan a penas la noticia se desgasta.
El CNE acaba de presentar al Ministerio de Educación un documento que contiene una visión de futuro y una propuesta para la educación para el largo plazo, en la forma de un Proyecto Educativo Nacional, que sea capaz de marcar un norte para que las acciones de gobierno redunden realmente en una ciudadanía más educada, productiva, democrática, capaz de resolver conflictos por la vía pacífica y legal. Como bien dice el analista político y psicoanalista Jorge Bruce “El Proyecto Educativo Nacional es la primera prioridad que tiene el gobierno en este momento, seria y no únicamente declarativa. Perú es un país inviable y no debe seguir siendo un grupo de masas embrutecidas, de personas manipuladas, explotadas y maltratadas desde que se fundó la República. Tenemos que ser una sociedad de verdad y no un pequeño conjunto de seres con privilegios en la educación y una mayoría que recibe un simulacro educativo”.
Próximamente el PEN será puesto en conocimiento de toda la opinión pública que haría bien en leerlo y debatirlo.