Revista Padres Cosas 207 del 15/09/2015
Exceso de autoestima y los límites de darle confianza a los hijos
En el contexto de una gran cantidad de niños que por razones emocionales o de aprendizaje acuden en algún momento de su vida a diversas terapias por la dificultad de organizar su vida y usar sus recursos personales para enfrentar los avatares de la vida, escribí la columna “La Cultura del Makeover”. En ella ilustré cómo la vocación por cambiar de cuerpo en niños y jóvenes era una expresión de una autoestima dañada y del cultivo de afanes narcisistas que los padres equivocadamente alientan en sus hijos desde pequeños (Padres # 201).
Aquella columna empezaba ubicando el escenario y los actores: niños de 5 años se gradúan con toga y birrete de los nidos; niñas usan cosméticos y maquillajes; púberes se depilan, blanquean y corrigen los dientes y se broncean permanentemente la piel; adolescentes demandan cirugías plásticas como regalo de cumpleaños o graduación (nariz, busto, mentón, glúteos, labios, cintura); jóvenes atletas consumen esteroides para aumentar la potencia o viagra para su iniciación sexual.
Se trata de una generación de mujeres con alto consumo de zapatos, accesorios y vestimenta de moda (que muestra partes desnudas del cuerpo) y jóvenes de ambos sexos que siguen cotidianamente las revistas, columnas periodísticas sobre los héroes de la farándula, los “ricos y famosos”, y ven continuamente programas de televisión que impulsan los amores y conflictos entre los nuevos referentes para la juventud. ¿Les suena familiar? Son expresiones de la epidemia del narcisismo que invade a nuestra juventud.
Dado el interés que despertó esa columna, abordaré en esta oportunidad algunos elementos adicionales que podrían ser de interés siguiendo a Twenge y Campbell en los capítulos 12 y 13 de su libro “The Narcissism Epidemic: Living in the Age of Entitlement” (2009)
VOCACIÓN POR LA FAMA
Una cosa es agredir, herir o hasta asesinar a alguien por alguna acción agresiva y otra buscar la fama haciéndolo. Estos narcisistas no necesariamente son agresivos todo el tiempo, sino en particular cuando alguien los hace sentir desplazados, o que valen menos de lo que ellos creen, o les coactan su libertad de hacer lo que les da la gana.
Los psicólogos Brad Bushman y Roy Baumeister encontraron en sus investigaciones que gente con alta autoestima y alto nivel de narcisismo eran las más agresivas, y más aún cuando la auto admiración que sienten es puesta en duda o denigrada.
En un experimento con estudiantes universitarios, estos recibieron retroalimentación de pares sobre los ensayos que habían escrito. El 80% de los que tenían personalidad narcisista que recibieron retroalimentación negativa fueron luego mucho más agresivos que los demás. Cuando el noticiero de la cadena ABC que había grabado la conducta agresiva de uno de ellos le ofreció editar el video para que no aparezca en público con una conducta tan disruptiva, el joven se negó. Quería hacerse famoso así sea por medio de esa llamativa conducta agresiva.
Los autores de la masacre de la secundaria de Columbine Eric Harris y Dylan Klebold en un video que dejaron grabado discutían entre ellos quién de los famosos directores, si Spielberg o Tarantino haría una película con su historia. No era solo un tema de reacción al bullying. Era una clara reacción al narcisismo. En muchos asesinatos de famosos -y de estudiantes y profesores escolares- el narcisismo juega un rol importante buscando atención y fama. En ese sentido internet se ha vuelto un espacio en el que los narcisistas agreden verbalmente y con otros medios a quienes se atreven a discrepar de ellos, e inclusive el uso del cyber-bulling tiene el agravante de que sus víctimas no se pueden escapar del agresor ni cuando salen de la escuela o están solos en su dormitorio, porque los acompaña por su celular.
Los narcisistas con alta autoestima también manifiestan conductas criminales como la que encontramos en los CEOs que apelan a estafas, plagios o engaños para mejorar los dividendos de sus empresas; los engaños en los deportes a través de falsificación de partidas de nacimiento y el masivo consumo de esteroides y otras drogas para “ganar como sea”; los periodistas que publican columnas plagiadas o inventadas con tal de ganar notoriedad; los científicos que falsifican datos de sus experimentos para publicar hallazgos falsos; los estudiantes que engañan en los trabajos y exámenes escolares y universitarios; los congresistas que copian proyectos de leyes, etc.
AUTOADMIRACIÓN EXAGERADA
La cultura híper-competitiva, individualista, de auto-admiración es uno de los factores responsables de esta mentalidad de que el ganador se lo lleva todo, estimulada por la competencia que alienta a la gente a romper las reglas para avanzar, y reduce la censura ética para refrenarse en tales conductas. “Todos lo hacen” es la racionalización preferida.
Para enfrentar este vínculo entre narcisismo y conducta antisocial hay algunas opciones que pueden contenerla o bajar su intensidad. La primera, no dar notoriedad a los trasgresores y criminales, mucho menos los videos que dejan grabados para ganar fama con su acción. Si se difundieran noticias sin imágenes o videos de estos actos criminales el incentivo a la imitación sería bastante menor. Otra es describir estas conductas como patéticas y despreciables en vez de levantarlas y difundirlas. Convertir a los criminales en personajes de novelas populares o programas cómicos ayuda poco en esa dirección. Obviamente el castigo oportuno y severo a los culpables sirve de mensaje claro al público y a los potenciales trasgresores.
Al lado de todo ello, ayuda mucho levantar la popularidad de las conductas honorables e íntegras, tanto en los centros de estudio y trabajo como en los medios de comunicación. A nivel de la crianza en familia, ayuda girar la tendencia a decirle a los hijos que son especiales hacia decirles que es importante que se sientan bien consigo mismos, con lo que son, pero además que ellos sienten y aspiran de modo muy similar a lo que ocurre con todos los compañeros, de modo que puedan convivir entre pares en vez de intentar ser mejor que ellos.
INCAPACES DE AMAR
Otra de las dimensiones notorias del narcisista con alta autoestima es su incapacidad de mantener una relación afectiva sólida en el largo plazo. Estas relaciones requieren amor o cariño y la capacidad de comprometerse, interesarse y preocuparse por el otro. Si bien en el matrimonio se agrega la pasión sexual, los mismos ingredientes también se dan en la relación fructífera entre padres e hijos, en las relaciones laborales, y en general en los vínculos de amistad que demandan lealtad y confianza. De existir todo ello se hace viable también la vida en comunidad, porque permite relaciones estables en las que las personas se convierten en mejores ciudadanos, líderes y colegas de trabajo y estudio.
El problema con los narcisistas es que sólo asumen la primera dimensión de la relación, mientras los hace sentir especiales, poderosos, admirados, atractivos e importantes. Pero ni bien tienen que responder con amor, compromiso y lealtad, abandonan la relación.
Este vaciamiento del afecto y compromiso entre pares, la búsqueda de “compañeros con privilegios” para tener citas con sexo pero sin compromiso, mantener la virginidad pero con sexo oral, explica buena parte de las conductas actuales de adolescentes o adultos que tienen una relación sexual casual sin ningún vínculo previo o posterior; pura gratificación física como pasatiempo, o para competir o hacerse notar ante los demás.
Es difícil prestarle atención al otro cuando uno fue educado a preocuparse solo por sí mismo; cuando le enseñan que para amar a otros hay que amarse primero a uno mismo; al estimular constantemente la auto-admiración, sentirse único y especial; a ponerse por encima de los otros, etc. Con ello se termina dificultando la capacidad de apreciar, amar y cuidar al otro, de lidiar con la inseguridad respecto al propio valor, lo que muchas veces es un buen aliciente para el esfuerzo por cuidar la relación con los demás.
En suma, cultivar la autoestima debiera tener como límite el cultivo del sentimiento de superioridad, de ser especiales, de tener privilegios para hacer lo censurable, de no entender que los demás son pares y no inferiores. Orientar la crianza de los hijos para que sean capaces de levantarse diariamente y decir “me siento bien conmigo mismo”, aceptando que no se parecen a una estrella de Hollywood o a un atleta o deportista exitoso, porque esas son figuras fabricadas y maquilladas (como los payasos). Criarse en un ambiente de aceptación por parte de pares, en el que no hay que estar aparentando lo que no se es porque se tiene familiares y amigos que los respetan y quieren como son. Así, en lugar de apelar a tantas terapias, los padres debieran procurarle a sus hijos el mejor ambiente para su desarrollo social y emocional estable.
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Massimo Recalcati: “Ya lo dijo Freud, la profesión de los padres es una profesión imposible” El autor explica que no añora la figura, ya agotada, del padre disciplinario y autoritario, pero se pregunta si la figura del progenitor empático no es también contraproducente. Asegura Recalcati que no añora la figura, ya agotada, del padre disciplinario y autoritario, pero se pregunta si la figura del padre empático no es también contraproducente porque los hijos necesitan encontrar obstáculos en sus padres, el conflicto como herramienta de formación. “Los padres de hoy evitan el conflicto con sus hijos por temor a no ser amables. Es una nueva forma de angustia que invierte la cadena de generaciones: hoy no es el niño el que quiere sentirse reconocido por sus padres, sino que son los padres los que quieren sentirse reconocidos por sus hijos”, razona el profesor de la Universidad de Pavía, que señala que el mejor regalo que pueden hacer los padres a sus hijos es no intentar desvelar su secreto, dejarles ir, favorecer su diferencia en vez de querer que repitan sus vidas depositando sobre ellos sus expectativas: “Ya lo dijo Sartre, cuando los padres tienen planes para sus hijos, los niños tienen destinos generalmente infelices”.
Elisa Galvez (Directora de Nivel I del Colegio Áleph) nos invita a entender el concepto de disciplina y su relación con la identidad y autonomía del niño. https://www.facebook.com/colegioaleph/videos/1807559385928127/
NYT: Cómo establecer límites en una pandemia. Podría parecer extraño responder a una mala conducta con un gesto de apoyo o empatía, pero en este momento los niños necesitan mucha más compasión que nunca.
VIDEO “Sobreproteger a los niños es desprotegerlos” Eva Millet.
La tragedia silenciosa que afecta a los niños de hoy The silent tragedy affecting today’s children En los últimos 15 años: 1 de cada 5 niños tiene problemas de salud mental; 43% de aumento en TDAH; 37% de aumento en la depresión adolescente; Aumento del 100% en la tasa de suicidio en niños de 10 a 14 años; Criar una generación saludable en un ambiente insalubre. Los niños pagan con su bienestar emocional por la pérdida de la infancia bien equilibrada. ¿Qué está mal? La privación de padres emocionalmente disponibles, límites y orientación claramente definidos, responsabilidades, nutrición equilibrada y sueño adecuado, movimiento al aire libre, juego creativo, interacción social, oportunidades para tiempos no estructurados y aburrimiento. Niños interactúan con padres digitalmente distraídos, padres indulgentes que les permiten «gobernar el mundo“, sentido de derecho en lugar de responsabilidad, sueño inadecuado y nutrición desequilibrada, estilo de vida interior sedentario, estimulación sin fin, niñeras tecnológicas, gratificación instantánea y ausencia de momentos aburridos
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