La fundación Bill y Melinda Gates quiere mejorar la educación secundaria en Estados Unidos e invertirá en ello 3 mil millones de dólares en los próximos 5 a 7 años. Pero quiere probar primero que el sistema funciona. (“Teachers Pest” Bloomberg Businessweek 19-25 julio 2010)

El primer intento que hizo fue en el año 2000 cuando persuadido de que los alumnos en colegios pequeños rinden mejor que los grandes, colocó recursos para redimensionar colegios grandes y convertirlos en varios colegios pequeños. Encontró que eso no tiene mayor impacto en el rendimiento de los alumnos. (El efecto del tamaño del colegio tiene impacto en la atención personalizada a los alumnos más que en el rendimiento en pruebas. Por ejemplo, reducen el nivel de violencia, mejoran autoestima y disciplina, reducen abandono escolar, etc.).

Pronto llegó a la conclusión de que la fórmula mágica es la de asegurar que los alumnos cuenten con buenos profesores. Su propuesta consiste en eliminar a los malos profesores (los evaluados que queden en el ¼ inferior) e incentivar a los que hayan sido identificado como los mejores en su impacto en el aprendizaje de los alumnos (reconociéndolo mediante bonos donados por su fundación).

Para probar su tesis invertirá 290 millones de dólares en siete años en Tampa, Memphis, Pittsburgh y Los Ángeles en distritos que han aceptado penalizar a los malos profesores y premiar a los mejores en todas las áreas, en función del nivel de ganancia en puntajes de las pruebas comparado con lo que hubiera resultado de la predicción de sus resultados de años previos (línea de base).

La fórmula para la evaluación y penalización o premio a los profesores sería la siguiente: 40% de su puntaje se derivaría de las ganancias mostradas por sus alumnos en las pruebas estandarizadas, y 60% por las observaciones del director y profesores traídos de otros distritos para este fin.

Las experiencias previas en Denver y Cincinnati, así como las intentadas e otros países señalan algunos inconvenientes. Un profesor que se desempeñaba muy bien cuando no recibía pago alguno suele volcarse a enseñar solamente aquello que será motivo de evaluación, a costa de sacrificar la creatividad, curiosidad y análisis más complejos.

Por otro lado ¿cómo comparar logros en arte, idioma extranjero y educación física? ¿Cómo evaluar los logros de un profesor de música? ¿Cómo evaluar el desempeño de los alumnos en un curso que no tiene línea de base?
¿Cómo se evalúa a alumnos recién llegados? ¿A qué profesor se le atribuye sus méritos académicos? Si unos alumnos rinden más que otros ¿Es por el profesor? ¿o porque son más auto disciplinados y motivados ó tienen ayuda particular o de sus padres?

Otro problema es el de hacer competir a profesores unos contra otros dentro de un colegio para ver quién saca mejores logros, ya que eso intoxica el clima de cooperación y armonía escolar.

En las encuestas que hizo Bill Gates entre 40,000 maestros pensando tener evidencias de su aceptación para las discusiones con los sindicatos docentes, encontró que sólo el 8% se mostró de acuerdo con el pago por mérito. 36% dijo que no es un factor importante en la retención de buenos docentes y 30% dijo que no iba a tener efecto alguno en los logros de los alumnos.

En suma, el tema del pago por mérito es muy complejo y de dudosa efectividad. Le costará cientos de millones a Bill Gates darse cuenta de ello.

El problema en la mentalidad de los estadounidenses es que creen que el efecto de la educación se puede medir numéricamente, y que para ello se pueden diseñar tests que cumplan esa función en todas las áreas y todos los grados. Mientras sigan pensando así, seguirán navegando en el océano de las buenas intenciones, el derroche del dinero y los pobres resultados.

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