Si observamos la encuesta de Ipsos Apoyo del 28 titulada “Un país orgulloso y optimista” encontraremos cosas interesantes en las columnas que detallan los motivos de orgullo y de vergüenza de ser peruano (El Comercio A8, 28/07/2012)

Los factores de los que los peruanos se sienten orgullosos son principalmente Machu Picchu, gastronomía, recursos naturales, cultura y arte, paisajes, historia, (en ese orden), es decir fundamentalmente bienes, naturaleza y asuntos del pasado. En cambio los factores de los que se avergüenzan tienen que ver con las personas del presente, responsables de la vergonzosa delincuencia, corrupción, injusticia, narcotráfico, discriminación, pobreza y conflictos sociales.

Los psicólogos, sociólogos y antropólogos tienen acá un interesantísimo material para hablar sobre la identidad de los peruanos y el sentimiento que despierta en nosotros esta autoimagen tan escindida de lo que es “ser peruano”. Si los motivos de orgullo están distantes de las personas y además en la sociedad del presente encontramos muchísimos factores de frustración, mortificación, vergüenza ¿qué se puede esperar de la conducta de los peruanos en relación al prójimo y todos esos males que nos aquejan como sociedad?; ¿qué valores son los que imperan en la realidad e impregnan nuestra manera de ser peruanos?; ¿cómo afecta eso al desarrollo humano, económico y social, la resolución de los conflictos sociales y las confrontaciones entre sectores polarizados de la sociedad peruana?

En cuanto a la educación, el reto impostergable es el de animar a los alumnos a aspirar a cambiar el Perú. Es decir, partir del reconocimiento de lo que anda mal y confrontarse con el dilema entre dejar las cosas como están (o sea, agravarlas y hacernos inviables como nación pacífica) o intentar transformarla para superar estos males crónicos. Aquí la pregunta guía de los profesores sería “qué estamos dispuestos a hacer ustedes y nosotros, para que el Perú sea un país pacífico, cuyos habitantes convivan de modo armonioso, tolerante, justo, solidario, preocupados todos por el bienestar colectivo?

Si logramos que los alumnos se identifiquen con el reto y se comprometan con su rol en realizarlo, tendremos suficientes argumentos para ser optimistas respecto a nuestra viabilidad futura.

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