Los promotores del TLC anuncian que habrá ganadores y perdedores. Los perdedores, serán principalmente los agricultores más pobres y menos modernizados de la sierra y selva que cultivan arroz, papa, maíz, trigo, azucar, etc. Para minimizar el daño se les promete pagar compensaciones sin precisar cómo se calcularán, financiarán y canalizarán.
Los promotores de la lucha contra el narcotráfico sostienen que es vital erradicar los cultivos de hoja coca porque el 90% termina en manos del narcotráfico. Se promete a los cocaleros compensarlos con capital, ayuda técnica y facilidades de comercialización para pasarse a cultivos legales alternativos, pero el programa es muy ineficiente. Los mineros exportan y ganan hoy más que nunca, pero las comunidades nativas que viven en las tierras concesionadas siguen tan pobres como siempre pese a las prometidas regalías locales.
Todos ellos están sometidos a una propaganda gubernamental y empresarial que anuncia que nuestra economía está mejor que nunca, que se han duplicado las exportaciones, aumentado las reservas, etc. A la vez, se reconoce sin mayor pudor que el índice de pobreza solo se ha reducido en 3%. En suma, la mayor riqueza se ha concentrado en los “ganadores” de siempre, y los marginados de los beneficios del crecimiento económico son también los mismos “perdedores” de siempre, que lejos de ver cómo mejora la educación y salud tienen que resignarse a promesas de recibir algún día 100 soles mensuales del estado (y algunas compensaciones que jamás han sido administradas de manera eficiente).
Los electores que no le creen a Toledo lo que dice y perciben que lidera un gobierno corrupto, clientelista así como un partido anárquico, traducen los mensajes de la propaganda oficial en términos exactamente inversos a los anunciados por él mismo como locutor. Cuando dice que ha duplicado las exportaciones, la reacción es “pero el beneficio ha ido a los más ricos”. Cuando dice que ha contratado la carretera interoceánica, la reacción es “pero sospechosamente sin el control de sobrecostos del SNIP”. Cuando dice que aumentó los servicios de salud, la reacción es “pero llenó los ministerios, hospitales y postas de chakanos”. Cuando dice que ha duplicado el sueldo a los maestros, la reacción es “pero se ha olvidado de los policías, FFAA y sus discapacitados”. Cuando dice que ha creado un millón y medio de empleos, la reacción es “si pero hay un millón y medio de peruanos que han tenido que emigrar por falta de oportunidades”.
No es de extrañar que a más anuncios de logros económicos y altos sueldos para ministros, burócratas y congresistas, más cólera se acumule en los “perdedores” de siempre conscientes que aumenta la desigualdad. Agreguemos a eso el resentimiento contra los partidos tradicionales encendido diariamente por el anárquico partido de gobierno (el del “Canciller” Olivera, los “Presidentes” Enmanuel y Belaunde y el renunciante irrevocable -por dos días- Carlos Bruce). En este contexto, las encuestas electorales del 2006 son similares a las del 1990, cambiando al antisistémico Fujimori por Humala. Lourdes Flores (sumada con Valentín Paniagua) equivale al FREDEMO de M.V.LL; es fuerte en Lima-Callao, costa norte y oriente; Alan García es fuerte en el norte; Ollanta Humala es fuerte en el centro, sierra sur y oriente, en las zonas más pobres del Perú que incluyen a los campesinos, cocaleros e indígenas a quienes les dirige además mensajes muy específicos.
No nos sorprenda que uno de los temas centrales del debate de la segunda vuelta sea TLC y erradicación de la coca “Sí” (Lourdes) o “No” (Alan o Humala).
Sin duda el mensaje de Ollanta Humala ya ha jaqueado a sus contendores electorales. Lourdes Flores enfatiza su mensaje social orientado principalmente a mejorar la infraestructura social, la educación y la salud (promete terminar con las colas en los hospitales). Valentín Paniagua también promete mejorar la educación y salud. Alan García después de la CADE en la que quiso tranquilizar al empresariado ha entrado en una onda más nacionalista oponiéndose al CONVEMAR y el TLC. Además, ataca a la alta burocracia por sus sueldos y gollerías, habla de prohibir los abusos en los “services”, pide un banco agrario para facilitar los créditos para los agricultores y microempresarios nacionales y plantea que las primeras 5 millas de nuestro litoral sean exclusivamente dedicadas a la pesca artesanal. Así mismo promete que la mitad de su gabinete estará conformado por mujeres.
Como se aprecia, poco hemos cambiado en 15 años por la notoria ausencia de políticas de inclusión, equidad, salud y educación de calidad para todos. De esto tienen la responsabilidad tanto los gobiernos de turno como las elites empresariales que han actuado sin mayor visión, dejando las cosas más o menos como estaban siempre.