¿Cuánto le costaría al estado peruano y a los propios colegios públicos escoger una tecnología y sistemas inadecuados para implementar el Plan Huascarán? Muchos millones de dólares. Por eso la opinión pública está obligada a hacer un escrutinio muy celoso de los detalles técnicos y operativos de este plan Huascarán y el gobierno debería agradecer esos aportes.
La revista Techknowlogia en su edición de enero-febreo 2002 ofrece una buena guía para esta evaluación. En ella Mike Trucano y Robert Hawkins vuelcan su experiencia acumulada desde 1997 con 700 colegios en América Latina, Asia y África, la cual les permitió sistematizar los costosos errores comunes que ha traído la introducción de las computadoras con acceso a internet en los colegios. He aquí una reseña.
El primer gran error consiste en creer que la conexión a internet es un fin en sí mismo, y que una vez que las computadoras estén conectadas a internet el beneficio vendrá por sí solo. Esto lleva a quedarse muy cortos en los presupuestos para cubrir los costos recurrentes de mantenimiento y capacitación. Lo mismo ocurre cuando los funcionarios se concentran en elegir la tecnología a comprar a partir de los montos de dinero asignados, en lugar de preguntarse cuál es la adecuada para los objetivos a lograr.
Un segundo error muy común consiste en presupuestar solamente los costos iniciales de la adquisición de la tecnología, olvidando los costos operativos continuos que incluyen detalles como electricidad, tarifa de teléfono y acceso a internet, papel, toner, antivirus, actualización del software, mantenimiento del hardware, y recursos humanos para la docencia y el soporte técnico.
El tercer error común consiste en elegir los equipos y servicios sin haber contestado las preguntas básicas que son: 1) ¿Para qué quiero que los alumnos accedan a internet? ¿para comunicarse a distancia entre alumnos y profesores? ¿Para acceder a fuentes de información más actualizada y diversa?. 2) ¿Qué espero que hagan con estas herramientas? ¿Qué tipo de sitios espero que puedan visitar y que tan rápido deben bajar la información de internet?. 3) ¿Qué tipo de comunicación deben permitir y entre quienes? ¿quiénes deben enviar y/o recibir e-mails, con qué frecuencia, cuántos usuarios concurrentes deben haber y cuántas cuentas se usarán?. 4) ¿Qué tipo de equipos adicionales se requerirán, como cámaras digitales, audio, video?. 5) ¿Dónde operará el sistema? En los lugares alejados o aislados los costos pueden resultar prohibitivos y las interconexiones muy ineficientes por su antigüedad. 6) ¿Quién va a hacer el trabajo técnico y docente? ¿quién los va a capacitar? ¿qué seguridad se requiere para que no se los roben o malogren?. 7) ¿Cuál es el momento apropiado para hacer la instalación? Porque hay que optimizar los costos que tanto varían a lo largo del tiempo. Por ejemplo pueden caer los precios de cierto hardware, software y del servicio de internet, pero al mismo tiempo pueden surgir requerimientos de adquisición de nuevas tecnologías como los scanners, cámaras digitales, software. Esta dinámica de caída de precios acoplada con las necesidades imprevistas, muchas veces presiona mucho el presupuesto escolar y complica la posibilidad de estimar estos costos sobre un período de tiempo mayor de dos años.
En conclusión, a diferencia de los colegios de EE.UU., Europa y Japón, los colegios de los países en desarrollo como el Perú no tienen un gran margen para cometer errores a la hora de calcular los costos vinculados a establecer y mantener una red intercomunicada. Con escasos recursos disponibles para enfrentar enormes retos, la decisión de introducir computadoras y el acceso a internet no es una decisión muy simple. La pregunta es ¿cuánta precisión existe en el Perú respecto a las respuestas a todas estas preguntas referidas al Plan Huascarán? Sería bueno darlas a conocer para ejercer un control social eficaz.