Parece que la comisión de educación del Congreso no entiende que su tarea no es solo dar leyes para normar la educación peruana sino además comportarse de modo que en su quehacer hagan educación cívica cotidianamente. Más allá del contenido del dictamen aprobado por apristas y fujimoristas sobre la Ley de Carrera Pública Magisterial, entender que declararse en sesión permanente significa esconderse en un recinto (Sala Basadre) al que no tenga acceso la prensa y aprobar en bloque 50 artículos y 13 disposiciones en 2 horas y sin debate minucioso para corregir errores resulta poco educativo.

 

El Consejo Nacional de Educación se había pronunciado el 12 de junio respecto a este dictamen señalando los componentes vitales:

 

1). El buen desempeño profesional –dentro y fuera del aula- y el logro de aprendizajes de los alumnos deben ser los criterios fundamentales para los ascensos, remuneraciones y permanencia en la carrera.
2). El ingreso –vía nombramiento- de los mejores postulantes, que acrediten sus destrezas y conocimientos profesionales, debe darse luego de aprobar primero una evaluación nacional y luego una evaluación de la institución educativa receptora. Así mismo, antes del nombramiento, debe haber un período de inserción completado satisfactoriamente con acompañamiento por un mentor calificado, como requisito para el ingreso a la carrera. (Esto quedó fuera del dictamen)
3). La comprobación de un desempeño deficiente, pese a las reiteradas oportunidades de formación continua, debe acarrear la salida de la carrera.
4). Deben establecerse incentivos para que los docentes más aptos vayan a las áreas rurales de menor desarrollo o bilingües.
5). Debe estar financiada una estructura remunerativa diferenciada por niveles y cargos (profesores, directores).
6). Deben establecerse metas anuales de inserción y convocatorias anuales de ascensos para los docentes en servicio.
En suma, el proyecto del Ministerio de Educación acogió los planteamientos del Consejo Nacional de Educación.

 

Por su parte el Ministerio de Educación dio a conocer el sábado 9 normas relacionadas con la convivencia y disciplina escolar, el uso adecuado del tiempo y la formación ciudadana, cívica y patriótica en las Instituciones Educativas y Programas de Educación Básica.

Por un lado valoriza la disciplina expresada en el hábito de la puntualidad en la actividad educativa, exigiendo que todas las clases, recreos y actividades deben tener un horario preciso de inicio y término. Además, aquellos que tengan una ceremonia escolar de inicio de la semana ésta no debe durar más de 15 minutos. En cuanto a las sanciones escolares estas se deberán establecer de acuerdo a las faltas cometidas las que pueden ser: leve, moderada y grave. Pero, las sanciones no deben afectar el desarrollo pedagógico, la integridad física, psíquica y moral del estudiante sancionado. Más bien las sanciones deben ayudar a desarrollar la toma de conciencia por la falta cometida.

 

Por otro lado establece que “Las Instituciones Educativas podrán participar, libre y voluntariamente, en desfiles escolares”, es decir, ningún municipio o UGE puede obligar a los colegios a desfilar. Además señala que “Los ensayos se realizarán fuera de la jornada escolar, por ningún motivo se perderá horas de clase” y además “Está prohibido el uso de prendas militares, armas, réplicas de las mismas o juguetes alusivos a cualquier tipo de armamento. El saludo de los estudiantes y escoltas, a las autoridades, profesores y visitantes en general se realiza con respeto cívico, utilizando expresiones y formas que correspondan a la vida civil y ciudadana”.

Es decir y por extensión de ambos enunciados, los padres pueden negarse a que sus hijos participen en desfiles escolares militarizados, sin que caiga sanción alguna a sus hijos.

 

Uno de los más graves problemas que tiene la a veces caótica sociedad peruana es que a lo largo de los siglos ha aprendido equivocadamente a asociar la disciplina como un atributo de los regímenes autoritarios y militares, con lo que han amputado a la sociedad civil su capacidad de regularse y disciplinarse mediante el respeto al estado de derecho y la convivencia pacífica y respetuosa entre peruanos, sin que tengan que mediar autoridades dictatoriales o militares.

 

El gran reto de los peruanos es formar nuevas generaciones de peruanos que descubran el valor de la convivencia horizontal, democrática, paritaria, donde no haya iluminados o todopoderosos de turno que crean tener razón porque están más arriba en la jerarquía de poder, sino que sea conducida por líderes que sean los voceros de un pueblo que se expresa con libertad y debate democráticamente los caminos a seguir. Todo lo que hagamos para seguir asociando la disciplina civil y ciudadana con el ejercicio del poder autoritario y militarista nos alejará de ese objetivo. Por ello es tan importante el contenido de esta norma.

 

Felicitamos por ello al Ministerio de Educación.