Regiones 22 11 2015

Hasta ahora no entiendo por qué tantas escuelas son espacios fríos, rígidos, solemnes, tristes, en los que la alegría, risa y humor están ausentes de las clases a excepción quizá de la hora de recreo. Parecería ser que el mensaje implícito es que la escuela es un lugar serio, de trabajo esforzado, de obediencia a consignas “sin chistar”, en el que la risa rompería la tensión disciplinaria como podría ocurrir en una formación militar. Es curioso que siendo el humor y la risa uno de los actos más inclusivos que además denotan alegría sea algo tan implícitamente prohibitivo.

Los estudios psicológicos sobre el humor muestran que en un ambiente así los alumnos están más
motivados, tienen menos estrés, aprenden mejor, es más saludable, aporta una sensación de bienestar, distrae de las preocupaciones que ocupan la mente, tal como se observa aún en las aulas de educación inicial.

Además de mejorar el clima y el ambiente de clase, fomenta la creatividad debido a que en un ambiente de temor e intimidación se hace más difícil crear y desarrollar nuevas ideas y crear (Begoña García, U. de Valladolid).

Para Freud el humor es una forma de liberación o alivio que ayuda a combatir las situaciones difíciles. Para Barrio y Fernández Solís el humor puede cumplir varias funciones: motivadora, al abrir la comunicación; camaradería, al provocar el acercamiento entre las personas rompiendo hielos; distensión, al ayudar a relativizar los momentos de tensión; diversión, al crear un ambiente grato y ameno; defensiva, al ayudar a encarar posibles agresiones o ataques; intelectual, al cuestionar la realidad eliminando lo superfluo o; creativa, al facilitar el desarrollo de nuevas conexiones mejorando la imaginación y la originalidad; pedagógica, al hacer prevalecer la buena relación entre educador-educando mediante un ambiente positivo y enriquecedor para ambos; transformadora, al desterrar aquellos comportamientos prescindibles.

Para insertarlo a su quehacer el profesor debe transmitir disfrute con lo que hace y mostrarse sonriente, transmitir flexibilidad e ilusión y buena actitud aún ante los errores.

Me pregunto qué pasaría si las clases de los profesores empezaran pidiéndoles a los alumnos que cuenten algún chiste (apropiado a edad y convenciones de respeto) para reírse todos, haciendo de la alegría la antesala al tema a tratar. ¿Sería censurable?

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¿Qué es lo que realmente hace reír a los bebés? «Mi respuesta de una sola palabra es ‘gente'», dice Addyman. «Si quieres convertirlo en dos palabras, es ‘atención adulta’. O ‘conexión humana'». Por ejemplo, peekaboo: comparado con otros juegos, como hacer ruidos divertidos o usar títeres, es, explica, “Interacción social pura: realmente se trata del contacto visual y la conexión con el bebé”. Como todos los que han jugado a peekaboo saben, el momento clave es cuando, como dice Addyman, “vuelves a tener contacto visual con ellos, y el hecho de que mantengas el juego en marcha es encantador y hace que se rían «. La risa del bebé es su forma de compartir y recompensarte por esta atención prolongada. «Están teniendo una conversación contigo», dice. En TED video. https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=mymMye4purU