En las próximas semanas se publicará la convocatoria al concurso público para el nombramiento de 35 mil plazas docentes. El reglamento, aprobado con este fin por el Ministerio de Educación, provocó diversas reacciones, entre ellas la del experto en temas educativos, León Trahtemberg, quien afirma que es un paso valioso la creación del consejo escolar, integrado por docentes, padres y los directores de los planteles, que evaluarán a los profesores.

Consideró, sin embargo, que –a diferencia de lo establecido– la opinión de este consejo debería primar sobre la Prueba Nacional.
En diálogo con El Peruano, Trahtemberg sustentó su posición ante el mencionado concurso, así como sobre la situación de la educación y la labor del ministro Nicolás Lynch, de quien dijo: «Le ha devuelto el liderazgo y la apertura al ministerio».
Existe consenso acerca de las deficiencias que hace muchos años arrastra la educación pública. ¿Qué pasos se deberían seguir para mejorar el sistema de enseñanza?
–El problema fue que se partió del principio de que el ministerio (de Educación), las facultades, los institutos pedagógicos, los programas y los libros están bien, y si algo sale mal se culpa al maestro y, finalmente, éste responsabiliza al alumno o al padre de familia de no preocuparse por su hijo.
Me parece que lo que estuvo mal no es el maestro, sino el concepto del sistema educativo peruano. Ha sido un sistema deficiente, desarticulado, incapaz, con un pésimo currículo y una mala formación docente. Los maestros, en muchos casos, son personajes heroicos.
Hay que replantear el conjunto del currículo de la escuela peruana. El sistema educativo debe influir de manera continua desde que el niño nace hasta que es ciudadano.
Durante los pasados años ¿cuál fue la situación de la escuela peruana?
–La escuela peruana ha sido un fracaso, en el sentido de que la mayoría de los alumnos no tiene éxito. Por ejemplo, si analizamos la promoción que se inició en 1990, sólo 128 de cada mil terminarán en once años su vida escolar, quiere decir que la enorme mayoría ha sido obligada a ir al colegio para fracasar.
Eso es lo que hay que replantear. ¿Qué sentido tiene un sistema educativo que condena a los alumnos al fracaso?
¿Ahora considera que los primeros pasos del ministro Lynch al mando del sector Educación están en el camino correcto?
–Creo que Nicolás Lynch actúa bien. Primero, le devolvió liderazgo al Ministerio de Educación. Segundo, constituyó una cúpula decente en el sector. Los viceministros Manuel Iguíñiz y Juan Abugattás son personas decentes y encontrar eso en el liderazgo del Ministerio de Educación ya es un enorme avance.
Además, es gente que se puso la camiseta de la educación peruana, que consulta, pregunta, quiere escuchar los puntos de vista más diversos y que desarrolla una cultura de convocatoria que hace mucho tiempo no existía.
¿La educación debería formar parte de los puntos de la agenda de concertación entre el Gobierno y los partidos políticos y la sociedad civil?
–Depende de los temas, debe ser un punto central en cuanto a las orientaciones muy generales y presupuesto, porque lo que hay que acordar es que independientemente del Gobierno, la educación reciba un incremento en su presupuesto.