Llama la atención que los líderes políticos y analistas peruanos le presten tanta atención a los gastos de armamentos convencionales en la región y no le den similar atención a los planes nucleares de Venezuela, (más proclive a las aventuras militares en el corto plazo), aunados al enésimo viaje a Irán de su presidente Hugo Chávez. ¿Acaso esos viajes no incluyen una transferencia tecnológica nuclear entre esos países?

 

Informes de inteligencia de Estados Unidos, Israel y Europa coinciden en señalar que 1) Irán está a un paso de tener su primera bomba atómica 2) que Venezuela es un posible proveedor de uranio a Irán, y 3) Chávez tendría interés en instalar en Venezuela una “aldea nuclear” que aparentemente tendría fines pacíficos, tan pacíficos como los que aduce tener Irán. La idea además sería copiar elementos de la industria nuclear iraní y esconderlos en Venezuela para protegerlos de posibles ataques que podrían sufrir las instalaciones nucleares iraníes y garantizar que sus operaciones puedan continuar sin interrupción.

 

Se imaginarán que no habría inspecciones internacionales ni amenazas de sanciones internacionales que valgan para frenar a Chávez si decide emprender esa aventura nuclear, como no lo han logrado con Irán y Corea del Norte. Rusia, reciente socio militar venezolano, no ha mostrado interés en intervenir seriamente en detener a Corea del Norte ni a Irán de sus aspiraciones nucleares.

 

Por ahora el país latinoamericano más avanzado en el tema es Brasil que acaba de firmar un multimillonario acuerdo militar con Francia. Brasil tiene los conocimientos y la tecnología necesarios para producir una bomba atómica (según fuentes del Organismo Internacional de Energía Atómica-OIEA). Venezuela ya ha decidido ingresar a la opción nuclear, por lo que Brasil, Chile y Colombia (con apoyo de EE.UU.) no se están quedando atrás ¿Cuál es allí el juego del Perú?

 

De modo que Perú tiene que preocuparse por una posible asociación con aliados que le den la transferencia de tecnología y la protección nuclear, como lo están haciendo Brasil y Colombia, y próximamente Chile, frente a Venezuela, y no quedarse solamente en el tema del balance regional del armamento convencional.