Los grandes conflictos militares y políticos suelen ser analizados por científicos sociales o politicólogos con las herramientas propias de su especialidad. Sin embargo, también se puede analizar estos conflictos desde la mirada de los educadores, que descubren notables analogías con las conductas humanas más primarias de cualquier grupo social o familiar. En la entrevista didáctica mensual que nos ofrece el educador León Trahtemberg, analizaremos esta vez el conflicto entre Israel y la OLP.

T de M: A pesar que Ud. es conocido por sus aportes al tema educacional, en varias oportunidades lo hemos leído comentando sobre temas del Medio Oriente ¿Cuál es la relación entre ellos?

Por un lado el tema de Israel y los árabes es uno de mis hobbies, sobre lo cual leo mucho y enseño a mis alumnos. Por otro lado creo que los educadores a veces comprendemos mejor el conflicto entre pueblos que los propios analistas políticos. Si uno analiza las relaciones conflictivas entre individuos o grupos en la escuela o la familia, uno puede entender bastante bien los conflictos entre naciones. Por ejemplo, el reciente conflicto entre Israel y la OLP equivale a un “mal divorcio” en una pareja que en un primer momento tuvo un gran romance pero que a la luz del fracaso de las negociaciones se distanció de la manera más brutal, al igual que en un mal divorcio.

T de M: ¿En qué aspectos es que Israel y la OLP pasaron de un romance a un mal divorcio?

A partir de los acuerdos de Oslo en 1993, Arafat y Rabin se prodigaron mutuamente sendos elogios, haciendo pensar que la historia del terror y los crímenes había quedado atrás. Arafat tuvo gestos amables luego de la muerte de Rabin y lo mismo Peres y Barak respecto a Arafat. Hubo una especie de “luna de miel” palestino-israelí. Sin embargo, ni bien fracasaron las negociaciones en Camp David cada una de las partes sacó a relucir la violencia y el odio contenido, lo que terminó de romper las relaciones entre ellos acentuando los resentimientos, acusaciones, desconfianzas y la hostilidad. Como Sharon y Arafat no pueden ignorarse mutuamente porque representan a pueblos vecinos en constante fricción, parece inevitable que intervengan terceras partes conciliadores para calmar y enfriar los ánimos.

T de M: : ¿Qué fue aquello que produjo este mal divorcio?

Creo que todos los actores cometieron tremendos errores. Arafat se equivocó al reactivar la intifada después de fracasar en Camp David, con lo que perdió el apoyo de los grupos del centro político israelí, que era su mejor aliado para lograr el máximo de concesiones israelíes. Se trata de aquellos israelíes que quieren llegar a un acuerdo con la OLP aunque tengan que pagar un alto precio territorial. Al reactivar Arafat la intifada y los atentados con hombres-bomba, estos ciudadanos del centro político se decepcionaron corriéndose hacia posiciones de derecha que fortalecieron al nuevo Premier Ariel Sharón. Obviamente en un contexto de violencia los israelíes se unieron lo que hizo más difícil que le otorgasen más concesiones a los palestinos. En cambio si se hubiera mantenido un ambiente de calma y negociación se podrían haber obtenido mejores concesiones de Israel.

T de M:¿Y qué hubo con Barak y Clinton?

Ehud Barak se equivocó al arrinconar a Arafat y exigirle una firma final de un acuerdo sin que el tema de los refugiados y Jerusalem estuvieran concordados con los países árabes que lo apoyan y financian. Barak debió ir más despacio mientras avanzaba en las negociaciones y el clima de confianza. Lamentablemente su apuro personal para consolidar su coalición de gobierno, le estalló en la cara.
Ese mismo apuro lo tuvo Clinton que se olvidó de preparar el lobby ante los países árabes para que apoyasen la posible firma de un acuerdo. Creo que estando Clinton de salida, no se tomó el tiempo para tomar precauciones.
Por su parte Sharón se equivocó al darle un pretexto a los palestinos para reaccionar con violencia, a la cual también contestó con violencia.

T de M: ¿Y cuál es la situación actual?

Difícilmente la derecha israelí apoyada por los religiosos podrán hacer la paz con los radicales palestinos apoyados por los fundamentalistas islámicos. Hay que crear las condiciones para que vuelvan a crecer las posiciones centristas de ambos lados para que sea viable el retorno a la mesa de negociación y aspirar a resultados satisfactorios. Mientras tanto , lo que ambas partes están haciendo es agudizar las contradicciones para plantear un nuevo escenario de negociación.
Reavivada la intifada y con la férrea oposición de la Liga Arabe, Sharón no tiene mucho que perder, sobre todo si tiene que negociar con los más fundamentalistas del Hamas y la juventud palestina radical. De este modo los dos actores centrales Hamas y Sharon, parecen llegar a la conclusión que la única manera de avanzar sus intereses es agudizar las contradicciones.

T de M: : ¿Qué posición asume ahora cada bando?

Hamas se dedica a torpedear el proceso de paz con el que discrepa totalmente, para lo cual utiliza los hombres-bomba que al explotar radicalizan a la sociedad israelí que demanda de Sharón respuestas drásticas. Este, contando con 70% de popularidad en Israel puede desdecirse de los acuerdos de Oslo y sobreponerse al sesgo anti-israelí de los principales medios de comunicación para llevar adelante las estrategias que permitan prevenir los atentados eliminando a los inspiradores de los suicidas antes que cometan más asesinatos. De este modo envía al Ejército a poner orden allí donde los diplomáticos no son capaces de hacerlo. En conclusión, se agudizan las contradicciones, se intensifica el conflicto y se aleja la paz, probablemente hasta que surja un nuevo escenario y un liderazgo capaz de volver a negociar.

T de M: ¿Cuánto tiempo seguirá entrampado el conflicto?

Me temo que bastante, hasta que cambien los actores. Arafat está viejo y enfermo y está quemado todas sus cartas sin mayor éxito; Sharón va a tener que enfrentar a Netanyahu dentro del partido y a los seguidores de Peres en el laborismo que ensayarán nuevas fórmulas. Bush no creo que sea capaz de hacer mucho hasta ingresar a un segundo mandato. Mientras tanto las negociaciones que algún mediador logre articular se realizarán bajo el fuego cruzado de dos pueblos que ven en la fuerza el solución inmediata a sus diferencias. En este escenario, Arafat parece ser el único capaz de acortar los plazos y salvar el proceso de paz a partir del punto en el que lo dejó Barak.

T de M: Regresemos a la educación ¿Tiene un rol que jugar?

Claro que si. Años más o años menos, los israelíes y los palestinos tendrán que vivir juntos, estado junto a estado, en buenos términos. La educación es la estrategia ideal para ablandar las mentes infantiles y prepararlas para el momento de la paz. No trabajar en esto significa prolongar inútilmente el conflicto generación tras generación, a pesar que todos sabemos que al final tendrá que haber un arreglo. Ojalá que las mentes lúcidas y visionarias prevalezcan sobre los rencores que buscan satisfacciones cortoplacistas.