Los peruanos leen menos de un libro al año, por carecer de la habilidad o el acceso a los libros. Eso significa que son incapaces de leer historia para conocer la perversión del autoritarismo, leer sobre economía para entender los daños del populismo, leer sobre ciencias para entender el impacto que tiene la contaminación ambiental en la vida humana, leer sobre medicina para entender el sentido de la prevención de enfermedades, leer sobre psicología para entender el daño emocional de maltratar a un niño, leer literatura para estimular la imaginación y las sensibilidades humanas más profundas.

“La historia se repite” es un decir que sólo tiene sentido para quienes leyeron historia y pueden aprender sus lecciones. Son quienes pueden darse cuenta de que los gobiernos autoritarios siempre empiezan alegando la urgencia de luchar eficientemente contra la pobreza y corrupción, para luego convertirse en gobiernos corruptos que además limitan las libertades democráticas de los ciudadanos, siendo capaces de los delitos y crímenes más groseros. También pueden aprender que la política es pendular, y que hay épocas en las que los políticos gozan del poder y otras en las que están en el llano, y que dependerá de cómo se hayan comportado en su tiempo de gloria, el trato que recibirán cuando ésta se diluya.

Son los peruanos lectores los que pueden anticipar que si en el tiempo de espera de un terrorismo parcialmente derrotado no se hacen reformas estructurales para favorecer a los pobres, es cuestión de tiempo para que reaparezca con otros nombres y pretextos.

Son los lectores los que pueden entender y estar alertas de la manera como una y otra vez los gobernantes usan el circo político para distraer a la población, inventan unos escándalos para tapar otros, hacen montajes políticos para distraer la atención de los problemas reales, usan el nacionalismo del fútbol para ganar popularidad, inventan o filtran información comprometedora a los medios de comunicación para perjudicar a quienes los incomodan, etc.

En suma, que los peruanos no lean favorece a los más poderosos, a los comunicadores de ilusiones, a los corruptos, a los vendedores de productos inservibles o nocivos, y perjudica a los ciudadanos comunes que no alcanzan a entender sus derechos. En el mundo desarrollado, a más lectura más democracia y equidad. Si queremos eso para el Perú deben asumirlo tanto la sociedad adulta como la escuela.