El año pasado una camisa de uniforme escolar en Gamarra costaba unos ocho soles y un pantalón 24 soles. Este año se prevé que costarán 10 y 30 soles, respectivamente, es decir alrededor de 25% más. ¿A quién deberemos agradecer este alza? A las salvaguardias para las confecciones y al impuesto antidumping de 27% a la “popelina poliéster” que eleva el costo del producto importado promovidos por el ministro de la Producción, Alfonso Velásquez, para satisfacer al lobby de empresarios textiles gobiernistas. Así, el producto nacional se podrá vender más caro para beneficio de sus fabricantes, perjudicando a los millones de consumidores peruanos de uniformes escolares.

Dicho en soles: si siete millones de peruanos compran dos camisas y un pantalón del uniforme escolar, por cada uniforme se deberá pagar 50 soles en vez de los 40 del año pasado. Un margen adicional de 10 soles por alumno, o sea 70 millones de soles de gasto adicional a los consumidores en beneficio de los industriales que producen estas telas protegidas, suficiente como para financiar varias campañas electorales.

¿Quién entiende al gobierno? Por un lado, nos asegura que firmaremos un TLC con EEUU y se ha apurado en firmar un acuerdo con el Mercosur para desgravar totalmente en cuatro años los aranceles de productos agrícolas y ganaderos (que desprotege a los agricultores y ganaderos peruanos y va a incendiar la pradera). Por otro lado, coloca salvaguardias que encarecerán las vestimentas para proteger a industriales textiles incapaces de competir, las cuales se aplicarán indiscriminadamente a todos los países –no sólo a China– y por 200 días, suficiente para asegurarse la campaña escolar verano 2005.

Patricia Teullet de Comex y Elmer Cuba de Macroconsult estiman que habrá incrementos en los precios de los uniformes. El ministro Alfonso Velásquez ha asegurado que los precios no subirán y que se trata de proteger a 14,000 micro y pequeños empresarios textiles. Cabe preguntar, ¿acaso en 200 días nos volveremos más competitivos? Y si no van a subir los precios, ¿para qué se modifica el régimen vigente y se imponen los impuestos y salvaguardias?

Hay muy poca credibilidad en el gobierno y sus promesas, especialmente porque se conoce quiénes son sus amigos empresarios y cómo actúan. Si Velásquez se equivoca, a él no le costará un centavo, en cambio a los consumidores les costará millones. ¿Y PPK? Está mirando a otro lado.