Peru 21 Sociedad | Mar. 25 mayo 2010

“Abandoné los negocios y la ingeniería para ser maestro” por Gonzalo Pajares

“Mi libro es una colección de errores propios y ajenos. Desea convertirse en una guía para quienes se dedican a la educación en el Perú”, nos dice León Trahtemberg, quien hoy presenta –7 p.m., en la SNI (Los Laureles 365, San Isidro)–, su libro Los errores de los cuales aprendí. Aquí sus propuestas.

Autor: Gonzalo Pajares C.

«Soy un judío que ha nacido en el Perú, pero mi identidad integra mi condición judía, mi condición peruana, mi historia familiar, mi historia cultural. Aquí me he sentido cómodo, con muchas posibilidades de aportar, de aprender, de crecer». León Trahtemberg, profesor y comunicador –dirige Ampliación del domingo, en RPP–, nos habla de su “vocación” por el Perú.

¿Siempre quiso ser maestro?

Enseño desde que estaba en el colegio, pues era muy bueno en matemáticas. Ni bien terminé, el director de mi colegio –que, a la postre, se hizo mi suegro– vio en mí capacidades docentes y me invitó a dar cursos extracurriculares. Acepté y, como me iba muy bien, a los pocos años me pidieron que fuera profesor de aula siendo aún universitario.

¿En su casa se opusieron a su opción por la docencia?

Mi papá nunca estuvo muy a gusto, incluso cuando ya era director del León Pinelo. Le tomó mucho tiempo exteriorizar que estaba orgulloso con mi carrera. Su plan era que fuera ingeniero mecánico, que pusiera una casa de automóviles y que me volviese millonario. La primera parte de su plan la cumplí pero, ni bien pude abrir mi propio camino, abandoné la ingeniería, dejé el mundo de los negocios y me metí de lleno a ser maestro, a la educación.

Hay un gran debate en Europa: permitir o no los símbolos religiosos en las escuelas…

Esto debe resolverse a través de los consensos sociales. Fíjese en Inglaterra y Francia, dos países liberales. En nombre de la igualdad, Francia prohíbe la burka en los colegios; en nombre de la libertad, Inglaterra la permite. Cuando entran en conflicto valores importantes como la libertad y la igualdad, las sociedades escogen y construyen sus consensos para definir cuál de las dos es más importante. Conceptualmente, pienso que la escuela pública debe ser laica. Sin embargo, no puedo dejar de reconocer la inmensa labor educativa que aquí han hecho las escuelas confesionales: católicas, protestantes, judías. Por eso, no creo que se pueda juzgar de manera universal la presencia de la religión en los colegios. Depende de cada sociedad.

Uno de los grandes problemas del Perú es su educación. ¿Cómo se siente un maestro con este panorama?

Con mucha desazón. La mayoría de maestros peruanos trata de hacer un buen trabajo, con mucha pasión, amor y disposición, pero no tuvo una buena formación, y eso lo limita. Por otro lado, hay una desatención del Estado hacia las condiciones de trabajo y de vida que les da a los docentes, quienes tienen que atender a una niñez que viene con muchas carencias y limitaciones de origen. Así, se termina criticando al profesor, cuando la crítica debe estar dirigida hacia un Estado que nunca se preocupó por la educación.

¿El modelo a seguir es el chileno?

La educación chilena apenas puede jactarse de ser un líder… pero de la tercera división, porque está, como el Perú, en la tercera división de la educación mundial. De poco le sirvió quintuplicar, en los últimos 20 años, su inversión educativa, porque sus logros son apenas superiores a los nuestros.

¿Qué propuestas macro haría para cambiar la educación en el Perú?

Primero, me aseguraría de que los directores de los colegios estén bien formados y bien escogidos, profesional y éticamente. Hecho esto, darles más poder para que gerencien –con amplia autonomía– sus centros educativos. Así, cada colegio construirá su propio proyecto educativo de acuerdo con su realidad, pero teniendo la garantía de un director idóneo. Luego pondría énfasis en la infancia –de cero a ocho años–. Si logramos tener una infancia bien atendida y bien alfabetizada, esta va a poder sobreponerse a los avatares de la vida escolar y extraescolar. Hoy ocurre al revés, y se les obliga a rendir como si estuvieran en Europa. Por eso, el 90% de ellos fracasa en las pruebas nacionales. En tercer lugar, a nivel superior, debemos invertir en ciencia y tecnología para generar nuestras propias patentes e inventos. Si el Perú no desarrolla su propia ciencia y tecnología, está muerto. Además, debemos elegir un campo en el que podamos ser el número uno en el mundo.

Los peruanos, ¿en qué podemos ser los número uno?

En tecnología minera, en biodiversidad, en pesca, en gastronomía. Y, para alcanzar estas metas, debemos articular a todos los sectores: cultura, turismo, educación, salud, industria, comercio, etcétera. Debemos buscar objetivos, metas que nos conviertan en imprescindibles para el mundo.

Autoficha Peru 21

Nací en 1951, en Lima. Mi papá fue ruso, mi mamá es austríaca. Mi papá salió de Rusia en la Primera Guerra Mundial; mi mamá, de Austria, antes de la Segunda Guerra Mundial. Se conocieron y casaron en Ecuador. Somos judíos. Tengo familiares que murieron en el Holocausto. Soy bachiller en Ingeniería Mecánica. A los 30 años, en Israel, hice una maestría en Educación. Al regresar, fui nombrado director del León Pinelo. Estuve allí 35 años, 25 de ellos como director. Tengo tres hijos.

Entrevista en dos partes sobre los contenidos del libro

LOS ERRORES DE LOS CUALES APRENDI 1era parte (RadioJai Argentina 17 5 2010)
http://www.radiojai.com.ar/OnLine/notiDetalle.asp?id_Noticia=48926
LOS ERRORES DE LOS CUALES APRENDI 2da parte (RadioJai Argentina 24 5 2010)
http://www.radiojai.com.ar/OnLine/notiDetalle.asp?id_Noticia=49009