Los estudiantes, como lo han realizado el último martes en el hemiciclo del Congreso, tienen todo el derecho a exigir una educación de calidad, pero ello corresponde también a sus padres, quienes no pueden seguir como mudos testigos, sin hacer escuchar su voz, en el proceso de enseñanza y en las negociaciones que se realizan entre el Ministerio de Educación y el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú (Sutep).

Así lo advirtió ayer el experto en temas educativos León Trahtemberg Siederer, al evaluar los pedidos de los estudiantes en el Congreso, durante la presentación de las conclusiones del Cabildeo Nacional de Menores que organizó la Comisión de la Semana de Acción de la Campaña Mundial por la Educación.

“Los alumnos tienen derecho a exigir una educación de calidad, así como sus padres. Francamente no entiendo cómo es que hasta ahora los padres de familia han estado mudos en las negociaciones anuales entre el Ministerio de Educación y el Sutep”, enfatizó.

Aseveró que “los padres deberían ser un tercer invitado obligado en esas negociaciones” porque “solamente entonces podrán exigir aquello que desde el punto de vista de los padres es decisivo para la educación de sus hijos”.

“No es posible que los representantes del magisterio, que son 300 mil profesionales, tengan más peso político que los representantes de los siete millones de alumnos, que supongo deben ser al menos unos 10 millones de padres”, destacó el pedagogo.

Explicó que “el problema es que mientras los padres no se organicen, no tendrán peso político alguno”.

“Esa es su tarea actual: organizarse para tener presencia política en las negociaciones del sector y en las elecciones regionales, municipales, presidenciales y congresales, de modo que se aseguren que su agenda será tomada en cuenta”, reseñó.

Trahtemberg Siederer puntualizó que “a los políticos que toman las decisiones sectoriales, presupuestales o legales no les interesa mucho aquellos temas que no tienen una repercusión política o electoral”, siendo ello un factor adicional para exigir la presencia de los padres de familia, en forma organizada, dentro del escenario nacional.