El primer artículo de esta serie se refería a la irrelevancia de la ONU en la organización de la paz mundial. En el segundo, la transformación de Europa a la luz de las confrontadas posiciones de sus países en el reciente conflicto. Esta vez, comentaré sobre las implicancias que podría tener para los países árabes, los palestinos e Israel la reciente derrota y ocupación iraquí por parte de los ingleses y norteamericanos.

IMPLICANCIAS PARA LOS ÁRABES

1). El hecho que la gran potencia EE.UU. pudo invadir fácilmente Irak sin mayor oposición y sin pagar un gran precio en vidas ni económico, abre la opción a intervenciones similares, de las que sin duda han tomado nota los países árabes.

2). La fácil caída de Irak a su vez ha demostrado que no hay tal “mística” árabe para defender al régimen del dictador que los gobierna. Esto supone una lección para todas las otras dictaduras de la zona. En realidad las demoras y dudas de EE.UU. para intervenir se basaron más en el trauma vietnamita que en una evaluación real de las capacidades de los ejércitos árabes.

3). Esta victoria le permite a EE.UU. por un tiempo jaquear a Siria e Irán, y poner más condiciones a Arabia Saudita, principal financista de Al Qaeda y otros grupos de terror.

4). Siria –junto con Libia y Líbano- hizo todo lo posible por evitar invasión y ayudó a Irak con armas, voluntarios, escondió líderes y científicos iraquíes, procurando que le salga cara la invasión a EE.UU. y desalentarla para hacer otras similares. En los últimos días han crecido las evidencias que al parecer Siria ha sido socio pleno de Irak en la producción de armas de destrucción masiva que inclusive han sido probadas en su territorio, y han sido ocultadas en Siria para continuar la producción.
Por eso EE.UU. ha acusado directamente a Siria de colaborar en le esfuerzo de guerra con Irak, enviar soldados, abrir su frontera para las fugas y ha amenazado directamente con atacar a Siria si es que no cumple las siguientes condiciones:

a). Desmantelar los comandos terroristas de Hizballah (Líbano) y Jihad Islámica y Hamas (palestinos) ubicados en Damasco.
b). Entregar todas las armas de destrucción masiva que hay en su territorio, sean iraquíes o sirias.
c). Entregar a los americanos a los cientos de líderes iraquíes y científicos que están escondiendo.
Siria ha tenido que reconsiderar su posición para evitar el ataque de EE.UU. y avenirse –como ya lo hizo- a cooperar con los norteamericanos para que los iraquíes buscados no encuentren refugio en Siria. También tendrá que frenar el terrorismo de Hizballah y el pase de armas de Irán al sur de Líbano.

5) Irán se debe haber dado cuenta que tener tropas norteamericanas en Afganistán e Irak constituye una amenaza directa para su régimen, más aún cuando los mismos argumentos que llevaron a la acción en Irak son aplicables a Irán: eliminación de armas de destrucción masiva, supresión del terrorismo apoyado por el Estado (Hizballah, Hamas, Jihad Islámica), el cambio de régimen mediante una intervención extranjera y la democratización a través de medios militares. La Administración Bush le ha tendido puentes para el diálogo que los iraníes esta vez no podrán despreciar.

6) Arabia Saudita y otros gobiernos temerosos del levantamiento popular pondrán dinero para la reconstrucción Iraquí para así ganar la simpatía del pueblo árabe. Jordania también buscará una reconciliación pro-Iraquí en la opinión pública interna, para compensar la ayuda que dio a las fuerzas angloamericanos.

7). Egipto declaró que quiere colaborar con EE.UU. para estabilizar la situación dentro de Irak y de paso aliviar la tensión antigubernamental interna.

8). Entre los palestinos, Yasser Arafat tuvo que acceder al dictado del cuarteto y nombrar a Abu Mazen como Primer Ministro, quien aparentemente estaría dispuesto a frenar el terror y resolver el tema con Israel por la vía política pese a los intentos de Arafat de limitar su autoridad. Abu Mazen quiere establecer una autoridad efectiva sobre el Hamas y la Jihad Islámica (y sobre los radicales de las Brigadas Al Aqsa de El Fatah) porque sin ello no podrá jugar sus cartas políticas frente a Israel y EE.UU. Tuvo que bregar duramente contra Arafat, con apoyo europeo y egipcio, para lograr designar a Mohammed Dahlan como ministro encargado de la seguridad, porque pese a su pasado como incitador del terrorismo palestino y organizador del embarque de contrabando de armas “Karin-A”, es un enemigo jurado del Hamas y uno de los pocos que podría ponerse al frente de Arafat y disputar su hegemonía en la maquinaria de seguridad palestina. Arafat se resistirá duramente y saboteará cualquier iniciativa de Abu Mazen para asumir la autoridad efectiva en asuntos económicos y de seguridad, y mantendrá su presencia en cualquier arreglo que se avance con Israel.

9). Un Irak más democrático –y que eventualmente podría negociar algún acercamiento con Israel- obligaría a los otros países dictatoriales a revisar su política externa e interna.

IMPLICANCIAS PARA ISRAEL

1). La deuda de Bush a Blair y de Bush a Colin Powell, se podría pagar, aunque sea en términos retóricos, con algunos gestos que ayuden a mitigar el odio pan islámico contra Inglaterra y EE.UU.; el principal de ellos, sería la promesa de encarar en serio la solución del tema palestino. Esto podría significar que se acelere el timing de la imposición del “mapa de caminos” para que se establezca el Estado Palestino en el 2005, y exigir de Sharon mucho más del 42% que estaba dispuesto a ceder para un pequeño estado palestino. Sin embargo, no está claro si esa es realmente la intención de Bush, o es tan solo una bandera política propagandística, mientras se ocupa de poner orden en otros asuntos del Medio Oriente árabe en los que la administración Bush tiene interés prioritario.

2). Mientras, Bush dejará a Blair actuar como el pivote de la iniciativa del Medio Oriente, evitándose así verse afectado por la falta de apoyo de los judíos en EE.UU. que verían mal la excesiva presión contra Israel. Mientras tanto, Bush cementará sus buenas relaciones con Sharón, anunciando la ayuda de emergencia por la guerra de $1 billón en ayuda directa y $9 billones en préstamos blandos

3). La acción directa de EE.UU. y su presencia en Irak en el mediano plazo podría reducir el valor estratégico de Israel en el Medio Oriente, que hasta ahora derivaba en buena cuenta de su capacidad para actuar o ser un factor disuasivo en una región en la cual Estados Unidos no quería intervenir directamente. Israel era un minipoder regional desde el cual se podía contener a la URSS y sus satélites, o el mundo árabe. Israel preservaba los intereses americanos. Pero ahora que los americanos ya entraron en acción, no hay tanta necesidad de otros mediadores. Esto significa que los americanos podrían estar dispuestos a exigir de Israel que pague un precio más alto para lograr un arreglo político durable. Esto podría significar que EE.UU. disminuya su apoyo a Israel lo que podría agudizar la crisis económica de Israel.

4). Mientras el panorama se aclara Israel podría optar por buscar que lograr algún tipo de arreglo de convivencia con los palestinos, para empezar a rehabilitar su economía, sociedad y democracia. En el nuevo mundo, el activo principal de Israel no será el militar sino el ser un genuino miembro en el club de los países desarrollados.

5). Esto podría significar reducir presupuestos para los sectores no productivos, lo que posiblemente reducirá la influencia de los partidos religiosos moviendo al gobierno hacia una mayor secularización del país, y la separación del estado y religión. Es previsible una coalición entre Likud, Shinui y el Laborismo para tener un sólido frente externo en estas próximas difíciles negociaciones de paz y la reconstrucción de las relaciones con la nueva Europa, en la que Simón Peres puede jugar aún un rol importante.

6) No es casualidad que SHARON esté preparando el terreno con una nueva posición que se vislumbra de sus declaraciones en Haaretz (13/4/2003). Acaba de declarar que “Estaremos listos a realizar acciones muy dolorosas que son dolorosas para cada judío y para mi personalmente”. Respecto a la existencia de un estado palestino dijo: “Creo que eso es lo que va a ocurrir. Uno tiene que ver las cosas realísticamente. Eventualmente habrá un estado palestino”. Sin embargo, estas declaraciones pueden ser también para consumo publicitario.

7) Quizá una manera de entender lo que está pasando con Ariel Sharon lo encontramos en un reciente editorial Ari Shavit en Haaretz (23/4/2003) titulado “Algo le ha pasado a Ariel Sharon”. Dice (en inglés) “Sharon no se ha movido hacia la izquierda. Pero ha internalizado una gran parte de los argumentos de la izquierda sobre la futilidad de la ocupación. No, Sharon no se ha convertido en un Yitzhak Rabin. Pero siente el mismo peso de responsabilidad generacional que sentía Rabin a principio de los 1990´s. No, Sharon no acepta el mapa que puso delante Ehud Barak (Camp David 2000), -que para él fue y sigue siendo un mapa suicida- pero él está muy consciente del contexto histórico y estratégico dentro del cual actuó Barak… A la edad de 75 años, Sharon esta atrapado en la penetrante contemplación de la historia”.

8) Sin embargo, la derecha israelí tiene una visión muy distinta de la estrategia de Sharon, quien a fin de cuentas es el padre de la colonización judía en Judea y Samaria. Para ellos nada que se le parezca a los “Acuerdos de Oslo” debe sobrevivir y eso incluye el “mapa de ruta”. Ellos están convencidos de que el círculo terror-represalia-eliminar cabecillas continuará en el tiempo, que Abu Mazen no tendrá la capacidad de detenerlo porque Arafat buscará todas las oportunidades posibles para sabotearlo, al igual que el Hamas y la Jihad Islámica. Lo único que tienen que hacer es “aguantar” hasta fin de año para que Bush se ocupe de las elecciones en EE.UU. -en las que no querrá aparecer con el pasivo de un Abu Mazen fracasado- y a la vez esperar que la presión de los congresistas americanos pro israelíes exijan de Bush que baje la presión sobre Israel y este “mapa de rutas” (cosa que ya empezaron a hacer con una carta de 300 congresistas). Bush podrá decirle a los árabes que “el proceso de paz prometido está en marcha”, que él hizo su trabajo, y que es cuestión de los europeos, rusos, egipcios y sauditas lograr que los palestinos se avengan al proceso de paz . En esta lógica, la expectativa de Sharon sería mantener el conflicto tibio, sin resolver, por unos 30 años más, mientras paulatinamente se reduce la importancia de su petróleo frente a la tecnología lo que reformularía las relaciones de Europa con el mundo árabe. Mientras, irán cayendo o muriendo los líderes y regímenes árabes actuales, uno tras otro, incluyendo a Arafat. Las nuevas generaciones de Israel, los palestinos y los árabes tendrán entonces que jugar sus cartas de otra manera.