Después del último “shock” económico que tuvimos en el Perú en agosto de 1990 solo hemos sabido de shocks similares en otros países como Argentina, Ecuador, México, Rusia etc. a través de los periódicos, siempre con similares referencias a las reformas y ajustes estructurales demandados por el Fondo Monetario Internacional. Esta vez le tocó el turno a Israel, que tiene que enfrentar un déficit de partida de 6.4 mil millones de dólares (6% del PBI), cuyo equilibrio para el 2003 está dependiendo de la concesión de una donación y préstamos de EE.UU. por 10,000 millones de dólares que además debe compensar los gastos adicionales en seguridad y defensa. Desde 1953 la economía de Israel jamás había retrocedido en su PBI respecto al año anterior, como ocurrió el año pasado. A los recortes ya hechos hasta ahora hay que agregar otros 2.5 mil millones más en lo que resta del año fiscal

El ex premier Ministro Biniamín Netaniahu, actual Ministro de Finanzas de Ariel Sharón, el encargado de llevar a cabo las dolorosas reformas y enfrentar las huelgas generales convocadas por la “Histadrut” que es la central sindical de Israel presidida por el diputado laborista Amir Peretz.

Uno de los principales problemas de la economía israelí es el enorme tamaño del Estado. Del conjunto del PBI, el Estado representa el 55% mientras que los privados solamente el 45%. Cada contribuyente israelí carga en sus espaldas una enorme cantidad de gastos en funcionarios públicos y pobladores que reciben subsidios o beneficios sociales. Inevitablemente, debe reducirse el tamaño del Estado.

LA RECETA.

Los componentes de la recta los conocemos. Contempla una flexibilización de la estabilidad laboral imponiendo despidos de trabajadores del sector público por ley, sin mediar acuerdos sindicales. Esto dejaría pintada en la pared a la “Histadrut” por lo que inmediatamente ha reaccionado oponiéndose y llamando a una huelga general.

Los recortes económicos propuestos incluyen lo siguiente: reducción promedio de salarios públicos en 8% (con 20% a los más altos). Las asignaciones familiares se fijarán en 35 dólares por hijo, eliminando el salto hacia arriba que se producía a partir del 4to hijo. La edad de jubilación subirá gradualmente de 60 años en la mujer y 65 en los hombres a 67 años ambos, incrementándose los aportes personales al fondo de jubilación en 2% y congelando cuatro años los aumentos nominales en las jubilaciones por concepto de elevación del costo de vida, lo que en la práctica significa una reducción en el valor real de la jubilación. La edad de jubilación del personal del Ejército y la Policía subirá a los 55 años.

Se eliminarán los incentivos tributarios para invertir en el Neguev, los asentamientos y zonas fronterizas. Las tarifas de agua, electricidad y transporte subirán 5%. Los olim perderán su derecho a comprar automóvil y muebles sin impuestos, e inclusive los olim argentinos podrían perder las bonificaciones no reintegrables para la adquisición de sus viviendas que se les ofreció como incentivo para la aliya (a lo que se está oponiendo fuertemente la Agencia Judía). El Ministerio de Defensa tendrá que recortar su presupuesto en 220 millones de dólares en cada uno de los próximos dos años. Se privatizarán las empresas públicas a través de la venta en la bolsa, empezando por El Al, las refinerías de petróleo, las Industrias Aeronáuticas y la Corporación Eléctrica.

Resumiendo: reducción de 750 millones de dólares en sueldos públicos; 650 millones en gastos de los ministerios; 430 millones en asignaciones del Seguro Nacional; 260 millones en eliminación de exoneraciones y en reducciones impositivas; 280 millones en eliminación de subsidios hipotecarios; y 130 millones en reducción de asistencia a gobiernos locales. Total: ajuste de 2,500 millones de dólares en los siguientes 9 meses.

EFECTOS SECTORIALES.

EDUCACIÓN

El Ministerio de Educación tendrá que recortar nuevamente su presupuesto. A los 270 millones recortados del presupuesto de partida del sector del año 2003, ahora tendrá que recortar otros 90 millones de dólares. Eso significa despedir 16,000 profesores de primaria que traerá como consecuencia la reducción de 320,000 horas de clases, es decir el 19% del total. Eso significa que los alumnos en lugar de terminar la jornada escolar matutina a las 12.30 la terminarán a las 11.30 a.m. lo que de por sí traerá complicaciones logísticas a los padres. El Ministerio de Educación es el empleador de los profesores de primaria, y por acuerdo sindical deberá anunciar en mayo a quiénes despedirá. En el caso de secundaria el empleador es cada Municipio, pero recibe transferencias del Ministerio de Educación, las cuales se recortarán en 20%. Eso afectará los sueldos de los 40,000 trabajadores docentes, administrativos y de maestranza de la educación secundaria que dependen de los municipios.

Un docente de secundaria, con título universitario y habilitación docente con algunos años de antigüedad ganaba 6,200 shkalim bruto, o sea 1320 dólares, por full time job (24 horas de clase semanales). Los recortes que se vienen le reducirán su sueldo en 900 shkalim mensuales, o sea 190 dólares menos, lo que equivale a una reducción del 15% de su sueldo.

La consecuencia evidente será la caída de la calidad de la educación pública, lo que incrementará el número de familias que buscarán opciones en la educación privada, lo que constituye una forma de privatización, producida por la transferencia de alumnos del sector público al privado, cosa que ya ocurre en la educación superior.

YESHIVOT

Los seminarios sufrirán el doble recorte de los aportes del Ministerio de Culto que desaparecerá a fin de año, y el recorte de las asignaciones que recibían por Seguro Nacional. Por eso es que se va a permitir a los seminaristas a partir de los 22 años salir a trabajar, sin restricción alguna. Antes no podían hacerlo legalmente, porque al objetar el servicio militar obligatorio y de reserva por razones de estudio quedaban impedidos de trabajar. Ahora se les dará libertad de trabajar, así no hayan hecho el SMO, para liberar a la sociedad de la carga económica de tener que mantenerlos. De este modo el estado se ahorrará unos 60 millones de dólares al año por la anulación de estos subsidios.

La consecuencia evidente será la pérdida del atractivo que tenían los colegios religiosos para atraer alumnos laicos aprovechando los subsidios para alimento y transporte, y la salida al mercado laboral de decenas de miles de jóvenes seminaristas (como ocurre en todos los países del mundo donde el estado no mantiene a los estudiantes de las yeshivot).

El sector religioso tendrá que ingeniárselas para buscar otras formas de recaudación que permitan mantener el nivel de atención de sus yeshivot.

LA HORA DE LA AYUDA

Si alguna vez algún desafortunado ministro israelí dijo con muy poca visión que el Estado de Israel es suficientemente fuerte como para prescindir de la ayuda de la diáspora, hoy más que nunca es evidente que tanto en el terreno económico como en el político, comunicacional y comercial, la solidaridad judía con Israel tiene una urgente tarea por delante.