CARETAS Marzo 7, 2013
En la semana de inicio de clases, educador León Trahtemberg da pautas para una educación entretenida y aplicable a la realidad.
Manual Para no Odiar el Colegio
De vuelta a clases. Ácido crítico de la educación tradicional, Trahtemberg se ampara en los avances de la neurociencia.

Director del colegio León Pinelo durante 25 años, el destacadísimo educador León Trahtemberg ha anunciado para 2014 la creación de su propia escuela cuya sede estará en Villa, Chorrillos: el Colegio Áleph. Lejos de reminiscencias borgianas, el nombre apela más bien al concepto de Active Learning Philosophy. Aquí, disecciona el sistema escolar tradicional para diagnosticar sus principales carencias y rutas de escape hacia una educación con sentido.
–¿Cuáles son los principales errores e incoherencias de la educación escolar tradicional?
–Que los alumnos aprendan las disciplinas como si estuvieran en la universidad: literatura, física, química. Compartimentos estancos. Los problemas de la vida no se presentan segmentados, sino integrados. El problema del agua en el mundo, por ejemplo, tiene dimensiones sociales, políticas, químicas. Si cada asignatura estudia el tema por separado, no se verían aspectos como los conflictos mineros, las futuras guerras en búsqueda del agua, el costo del agua en zonas marginales: los elementos que le dan contexto y forma a un tema desaparecen cuando se le convierte en tema de un curso e impide que el alumno lo use para algo distinto que para responder a un examen. Es decir, todo lo que tiene que ver con su quehacer cotidiano no lo puede responder a pesar de que pasó 20 mil horas en el colegio.
–Es una cifra diabólica para no…
–Para no saber nada. El alumno después de 20 mil horas en el colegio, si le preguntan cuáles son las precauciones para no contagiarse del cólera no tiene idea, porque la educación del siglo XX no se ha preocupado porque el alumno razone, interactúe con los problemas del presente y del futuro. Brindan educación del siglo XIX con aparatos del siglo XXI: proyectores, pizarras electrónicas, tablets. Si pregunta a los profesores de las universidades más reputadas que recogen alumnos de los colegios más reconocidos qué opinan de los chicos que llegan de las escuelas, le van a decir que no razonan, no contextualizan, no comprenden los textos. Y lo peor es que las universidades no transforman esto, porque cuando le pregunta a un empleador cuáles son las carencias de los egresados de las universidades, le hacen exactamente la misma lista: no proponen soluciones, les falta autonomía, se asustan frente a la autoridad, es decir, todo lo que podría encontrar en primero de primaria.
–Si tomamos como ejemplo el exitoso caso finlandés en materia educativa, ahí los maestros tienen el mismo estatus que un médico o un abogado.
–Si en Japón, Alemania o Finlandia el profesor es el profesional mejor pagado en el mercado es porque el Estado ha decidido que ese es el estatus que debe tener y va a permitir que la gente más brillante quiera ser profesor. Pero si pone a los profesores como los últimos de la escala, en lugar de formar un círculo virtuoso está haciendo un downgrade en cada generación, y obviamente tiene que escoger entre un segmento de personas con la peor formación y la menor ambición. Se pasan aquí un año buscando al ministro de Economía y a los ministros de los sectores sociales los buscan en 24 horas. Esta es una radiografía de cómo los gobernantes ven la educación.
–Se ha referido en alguna oportunidad a los avances de la neurociencia y su implicancia en la educación.
–La neurociencia muestra que los alumnos con miedo a las matemáticas activan los mismos núcleos cerebrales que produce enfrentarse a una serpiente venenosa: parálisis, angustia, frustración. Conclusión: hay que bajar el estrés de estos alumnos en lugar de presionarlos. Otro hallazgo: cuando una persona está muy estresada, su circuito de aprendizaje se debilita, y nuevamente la conclusión es bajar el estrés y hacer que la educación sea más entretenida, afectuosa.
–Sobre el espinoso tema de las evaluaciones de ingreso a los colegios. ¿Es una aberración el estrés al que someten a los niños?
–Hay diferencia entre evaluar un niño porque quiero conocerlo y entre evaluarlo para decidir si es apto o no.
–Esto último es lo que se hace.
–Por eso, conocer a los niños anticipadamente ayuda a hacer conformaciones de salones equilibradas, que es muy distinto de decir que si un niño no califica a ciertos estándares se le bota. Creo en la inclusión, y esto implica reconocer que todos los niños son diferentes, y que todos deben tener las mismas posibilidades de ser incorporados a un colegio y aprender. En el Perú se comete el error de creer que inclusión es un tema vinculado a niños con síndrome de Down o autismo, inclusión también tiene que ver con el niño hiperactivo y el tímido, con el extrovertido y el introvertido, con el agredido y el agresor.
–¿Cuál debe ser el rol de los padres en la educación?
–Hay un axioma: si padres y profesores conversan, ganan los hijos. Uno de los errores de los padres es creer que saben tanto o más que los profesores sobre educación, y creer que pueden ser profesores particulares en casa, así sean expertos en los temas que sus hijos están aprendiendo. Lo único que tienen que hacer es asegurarse de que el niño esté organizado y tenga el tiempo y lugar para hacer sus tareas. Estamos hablando de autonomía. Los padres pueden acompañar, facilitar, conversar. Y si al conversar con su hijo se molesta, mejor que se aleje.
–¿Y cuáles diría que fueron los principales aciertos de su propia educación escolar?
–Despertaron en mí la vocación por las ciencias y las matemáticas, y el afecto inteligente de ciertos profesores que en su conversación no solo te despiertan la necesidad de razonar, sino que sientes la empatía de quien está interesado en que entiendas lo que te están diciendo.
–¿Y el peor error?
–Primero: que no me incentivaron la sensibilidad por el arte. Ya como educador he descubierto el poder enorme del arte como elemento transversal en la formación. Y el otro: el profundo rechazo que sentía por la biología porque tenía un profesor de la época de las cavernas: memorístico, enciclopédico. Siempre he sentido el deseo de entender las cosas, articularlas. Y de ahí mi vocación porque los alumnos en lugar de odiar los cursos, los disfruten. La diferencia no está en los contenidos, sino en cómo se aborden. De qué me sirve saber las partes del corazón si al ver una noticia sobre la muerte súbita de un atleta soy incapaz de dar una explicación ante eso. ¿Por qué tiene uno que terminar el colegio indefenso? La comprensión, la articulación, la capacidad de aplicación a situaciones reales de lo que estudiamos tiene que estar en la primera línea del aprendizaje. (Entrevista: Maribel de Paz)

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Si lo traducimos a consejos de Hawking para escolares ¿tendríamos los colegios de hoy?
1. No trabajes demasiado duro en las asignaturas
2. No pierdas oportunidades por tratar de parecer interesante
3. Mantén las cosas simples
4. Diviértete
5. Busca algo esperanzador, incluso si te enfermas gravemente
La universidad es un gran paso para cualquier estudiante, en ella comienzan los estudios de lo que se supone que es su verdadera pasión. Es también una instancia para conocer gente con los mismos intereses, personas que podrían transformarse en los amigos de toda una vida. La educación que ahí se recibe entrega las herramientas para desempeñarse en el mundo laboral y poder comenzar a ganar dinero para establecerse de forma independiente. Todo esto es comúnmente aceptado y remarcado por padres, profesores y ex alumnos, pero en un artículo el genio físico Stephen Hawking da sus propios consejos, 5 cosas importantes para la vida que la universidad no te enseñará y que son fundamentales para lograr la plenitud:
1. No trabajes demasiado duro en las asignaturas
Si lo que estudias en verdad es tu pasión, deberías poder verlo y trabajar en ello en cualquier ámbito de tu vida; lo encuentras en la calle, en el supermercado, en eventos sociales; sabes reconocerlo y aprendes constantemente. Eso le sucedía a Hawking, él sólo dedicaba una hora diaria a sus estudios en Oxford, el resto del tiempo vivía su vida y reflexionaba sobre lo que le iba apareciendo en el camino, una técnica que lo convirtió en quién es hoy en día.
2. No pierdas oportunidades por tratar de parecer interesante
Cuando llegamos al nuevo mundo universitario sentimos una inseguridad muy grande, queremos impresionar y hacer nuevos amigos, y a veces nos desviamos de lo que nos hizo entrar ahí en primer lugar. El científico explica que no hay que confundir las prioridades; las fiestas y la vida social pueden hacernos creer que eso es lo único importante y rebajar nuestro aprendizaje.
3. Mantén las cosas simples
Lo más simple es lo importante. Hawking recomienda tratar de pensar en términos de imágenes y asociar las palabras con analogías y diagramas. Dice también que la mejor explicación es aquella que es simple y fácil de entender por cualquier persona. Eso mismo ha aplicado él en sus libros y por lo mismo son tan populares.
4. Diviértete
Divertirse es algo que no hay que dejar de lado ni mirar en menos. La vida hay que aprovecharla y la universidad es un gran espacio para pasarlo bien.
5. Busca algo esperanzador, incluso si te enfermas gravemente
Stephen Hawking es el ejemplo mismo de esta frase. Él ha tenido que vivir postrado en una silla de ruedas durante décadas y aún así su pasión lo ha mantenido activo. Aprovecha su tiempo, hace clases, va a reuniones, escribe libros, reflexiona, nadie puede decir que se rindió luego de haber llegado al estado que todos conocemos.