La creatividad es una conducta altamente valorada que mucha gente percibe como escasa. Quizá esto se debe a la creencia común de que pocas personas poseen la habilidad para inventar cosas nuevas, idea nacida de los enfoques de investigación sobre creatividad que desde los años 1960´s la consideraban como un rasgo peculiar que solo poseen ciertas personas. Sin embargo, conforme nos vamos adentramos al siglo XXI y se va valorando cada vez más la creatividad, están cambiando los enfoques para entender la creatividad.

En estos tiempos la investigación enfoca los productos creativos más que a las personas creativas, y asume que todas las personas pueden poseer alguna creatividad. La pregunta para los educadores es ¿cómo crear las condiciones con las cuales los niños pueden desarrollar las capacidades creativas en su vida cotidiana?

Los psicólogos conductistas y los psicólogos cognitivo-sociales no están de acuerdo respecto a las respuestas correctas a estas preguntas. Los conductistas tratan la creatividad como cualquier otra dimensión de la performance humana y consideran que los refuerzos positivos incrementan la frecuencia de la conducta deseada. Los investigadores socio-cognitivos sostienen que recompensar la conducta creativa produce en la persona un sentimiento de estar controlado, lo cual no es placentero, por lo que decrece la creatividad. Más aún, las recompensas pueden distraer la atención de la tarea a cumplir, limitando sus dimensiones creativas.

Los individuos a los que se les recompensa por sus conductas tienden a trabajar más fuerte y producir mas actividad, pero con una menor calidad y con más errores, siendo sus productos más estereotipados y menos creativos en comparación con los de aquellos que no reciben recompensas en tareas similares. Analizando muchos casos el investigador Amabile ha identificado varias practicas controlistas que deterioran la creatividad entre las cuales las mas frecuentes son la competencia, evaluación externa y supervisión.

INVESTIGACIÓN

Los investigadores Mireill Joussemet y Richard Koestner catedráticos de la Universidad McGill de Montreal, Canadá, realizaron un estudio examinando el efecto que tiene en la creatividad de los niños la expectativa por recibir recompensas por sus actos. (Creatvity Research Journal 1999, Vol 12 #4).
En febrero de 1998 estudiaron a 61 mujeres gimnastas de 4 a 17 años de edad, en plenas clases de gimnasia. Ellas fueron distribuidas al azar en dos grupos de trabajo, en uno de los cuales se les ofreció recompensas por sus performances mientras que en el otro no.

Las consignas que recibieron las gimnastas fueron dos. 1) Dado un dibujo de un círculo, dibujar todas las otras rutinas que pudieran imaginar para un baile gimnástico de gala, para lo cual recibieron 5 minutos. (El 85% produjo más de 3 modelos y el promedio fue 5.6). 2) Dada una hoja conteniendo el dibujo de 12 círculos en 4 filas de a 3 cada una, sin instrucciones escritas pero mostrando un círculo dibujado con la forma de una cara sonriente y otro con la forma de una flor, pidiéndoles a las gimnastas que completasen la hoja, para lo cual recibieron 5 minutos.
La recompensa ofrecida consistía en un pequeña agenda con un lápiz adherido, regalo común para niñas de estas edades. En el grupo donde se entregaba recompensas, se les daba el regalo prometido al completar la primera tarea.
Las niñas produjeron 155 diferentes temas para bailes de gala y 143 diferentes figuras.

Los resultados mostraron que las niñas incentivadas con recompensas tuvieron una menor creatividad en sus tareas, confirmando los hallazgos de muchos otros estudios. Además, las recompensas motivaban a las niñas menores a crear temas menos elaborados y a las niñas de todas las edades a ser menos creativas en sus pinturas creativas.

REFLEXIÓN

Estos resultados parecerían tener implicancias para la forma de animar a los niños a que sean creativos. Las recompensas externas aumentan la cantidad de tareas que los niños están dispuestos a emprender, pero son de menor calidad. La creatividad representa una dimensión de la calidad que no sigue las reglas del refuerzo por logro. Los padres, profesores y entrenadores debería estar concientes de que ofrecer una recompensa externa puede hacer decrecer la creatividad de los niños y niñas en las siguientes tareas. Esto se debe a que la motivación extrínseca los hace sentirse controlados. En resumidas cuentas, la presunción de que una recompensa externa alienta la motivación de los niños no solo evidencia ser falsa, sino que además puede debilitar las motivaciones intrínsecas que son las más decisivas para lograr procesos creativos.

Medir la creatividad, nombrando palabras no relacionadas Las personas más creativas pueden pensar en ideas con mayores ‘distancias’ entre ellas según investigadores de la U. McGill y U. de Harvard y U. de Melbourne.