UN ENFRENTAMIENTO DESGASTANTE E INÚTIL

Muchos aplaudimos al ministro Antonio Chang en su esfuerzo por lograr que los mejores maestros sean los que el Estado contrate o nombre para las plazas disponibles, y que mediante la carrera pública magisterial vaya fortaleciendo a lo mejor del magisterio nacional y reemplazando a quienes no sean competentes. El problema es que sin una propuesta adecuada, en lugar de avanzar con apoyo generalizado puede abrirse conflictos innecesarios que desgastan su autoridad y liderazgo en el sector, enfrentándolo inútilmente con los gobernantes regionales, el magisterio y los especialistas. El ministro se equivocó con la propuesta de solo permitir que el tercio superior de egresados de universidades e institutos puedan postular a ser contratados (lo cual ni siquiera se exige a los que postulan al concurso para ser nombrados). A esos profesores, y a cien mil estudiantes de pedagogía que en el futuro no egresarán en el tercio superior, en la práctica les ha dado la partida de defunción profesional, al no dejarles opción para ejercer su profesión como contratados al servicio del Estado. Sugerir que lo hagan en el sector privado es insultante, porque Chang es ministro de estatales y privados, y si realmente cree que son profesores incompetentes, no debería sugerir que los privados los contraten. La intención de ser selectivo podría haberla realizado estableciendo criterios y mecanismos rigurosos de evaluación a todos los postulantes, sin excluir a 2/3 de ellos por el hecho de que cuando fueron estudiantes no estuvieron en el tercio superior. No se está evaluando a estudiantes de pedagogía sino a maestros. En suma, un gran lío, por gusto. ¿No sería más sencillo plantear nuevas reglas para el futuro, luego de estudiar mejor el tema, escuchando a los entendidos y gobernantes regionales en este año de voluntad descentralizadora? En el Gobierno hay gente con enorme olfato político como Alan García, Mercedes Cabanillas y Jorge del Castillo. El que cierren filas en torno a esta frágil propuesta de Chang, en contra de la opinión de todos los analistas especializados y gobernantes regionales, les hará un escaso favor, porque con ello perderán a valiosos aliados con quienes tendrían que contar para impulsar cualquier reforma educativa. No creo que haya de por medio una intención malévola de dejar que Chang se queme para luego hacer algún canje con los gobiernos regionales. Pero si así fuera, ¿se estará dando cuenta Chang que podría estar siendo usado por quienes recelan de su temporal popularidad? El liderazgo y capacidad de ser autoridad sensata de un ministro se refuerza cuando reconoce errores y los enmienda evitando conflictos inútiles. Eso lo hace más confiable y creíble para futuras propuestas o negociaciones que requieren de alguien flexible que sepa escuchar y tenga credibilidad. Espero no haberme equivocado cuando en reciente entrevista a la revista «Cosas» elogié el liderazgo del ministro Chang. Y espero también que tanto él como Jorge del Castillo se rectifiquen y dejen de ofender a los que discrepan con su planteamiento, diciendo que esa discrepancia pone en evidencia que no les interesa que los mejores maestros trabajen en la educación peruana. Ese es un argumento mediocre, ofensivo e inaceptable. Si no logran convencer con sus argumentos, quizá sea porque sus argumentos no son correctos.