Me sorprendió la lectura de los párrafos sobre educación en el reciente discurso del presidente Alan García. En el contexto de un discurso con muchas metas muy ambiciosas, en el tema educativo resultó sumamente modesto. Para estar seguro de haber comprendido bien lo que leí me remití al discurso previo del primer ministro Jorge del Castillo ante el Congreso hace un año, el 24/8/06. Allí dijo: «Según las últimas pruebas de rendimiento educativo, la mayoría de los alumnos de primaria no entiende lo que lee y tiene solo un manejo básico en matemáticas. Al 2007 se incrementará de 9,6% a 15% el número de niños que comprende adecuadamente un texto en segundo y sexto grados de primaria. A diciembre del 2011 estos porcentajes se elevarán a 20%».

Se basaba en los datos de la Cuarta Evaluación Nacional del Rendimiento Estudiantil en comprensión de textos y matemáticas realizada en noviembre del 2004, en la que participaron muestras de 2º y 6º de primaria, 3º y 5º de secundaria. El resultado «logro suficiente» para comprensión de textos fue alcanzado por: 15,1% de 2º grado, 12,1% de 6º grado, 15,1% de 3º secundaria y 9,8% de 5º de secundaria. Para matemáticas el «logro suficiente» correspondió a: 9,6% de 2º grado, 7,9% de 6º grado, 6% de 3º de secundaria y 2,9% de 5º de secundaria.

Con estos desempeños nuestros alumnos se ubicaban en la cola del mundo en Matemática y Lenguaje. En su reciente discurso del 28/7/07, Alan García dijo que al 2011: «El nivel de la comprensión de lectura y del razonamiento matemático habrá aumentado 30% en promedio, con lo que dejaremos de ser uno de los últimos países del mundo para estar en la mitad superior de la educación mundial». No creo que se haya referido a querer subir en 30% los pobrísimos datos actuales sino más bien a subir a 30% la modesta meta inicial de 20% propuesta por Jorge del Castillo en el 2006.

En cualquier caso, ¿qué significan esos datos? Un horror. Nos está diciendo que para el 2011, después de invertir miles de millones de dólares en la educación primaria en los próximos cuatro años, el resultado esperado será que solo 3 de cada 10 niños comprendan lo que leen. O sea que por un lado el Gobierno pretende alfabetizar a 2’500.000 peruanos analfabetos en cuatro años, con módulos audiovisuales de 150 horas cada uno, y a la par se conforma con que el 70% de los estudiantes que hayan ido al colegio por seis años estudiando 1.300 horas de lenguaje concluyan la primaria sin poder comprender lo que leen. Eso está muy lejos de ser una meta con la cual –según García– «dejaremos de ser uno de los últimos países del mundo para estar en la mitad superior de la educación mundial». Más bien seguiremos estando a la par de los países africanos, en la cola del mundo.

¿Esta es una revolución educativa o es una estafa a los más pobres? La educación peruana tiene un cáncer casi terminal que no se está revirtiendo. El presidente debe plantearse objetivos más ambiciosos y poner el Estado al servicio de su logro, cueste lo que cueste. Si en pleno siglo XXI no logramos que los alumnos que concluyan primaria comprendan lo que leen, ¿para qué habrán ido al colegio?