“No entiendo; necesito un profesor” es un reclamo cada vez más frecuente en los alumnos que de este modo buscan un soporte en casa para enfrentar aquello que no pudieron en el colegio. ¿Es que los alumnos de esta generación son más incapaces que los de antes? Sobre las diversas dimensiones del tema de los profesores particulares conversamos con el profesor León Trahtemberg, en al entrevista didáctica que nos concede cada mes.

T de M: Si el espacio natural de aprendizaje de los alumnos es el colegio ¿qué sentido tiene que tantos alumnos requieran de profesores particulares para resolver sus tareas o consolidar los aprendizajes requeridos por la escuela?

Creo que hay una combinación de varios factores. Por un lado, en aulas cada vez más pobladas y con maestros más presionados por avanzar su programa, hay un menor compromiso de los profesores por lograr que todos sus alumnos aprendan en el colegio el material tratado en clase. Junto con ello, los alumnos tienen en la cabeza cada vez más estímulos y preocupaciones, tienen menor espacio para concentrarse en las materias escolares. Además esta juventud que busca placeres en el corto plazo tiene una menor resistencia a la frustración, es decir, una menor capacidad de hacer esfuerzos sostenidos por aprender un tema sin darse por vencido.

T de M: ¿En qué asignaturas es más frecuente la búsqueda de profesores particulares?

En primaria sospecho que es para lenguaje, que es la asignatura clave para el aprendizaje, y en la que se presentan la mayoría de los problemas como ortografía, redacción, comprensión de textos, etc. En secundaria sospecho que es para ciencias y especialmente matemáticas, por ser asignaturas que tienen una exigencia de aprendizaje acumulativo y secuencial, de modo que si hay un vacío en un momento del estudio es difícil pasarlo por encima, lo que sí pueden hacer en las otras asignaturas humanísticas..
También tiene que ver el prestigio de las asignaturas, que en secundaria cae sobre todo en Matemáticas e Inglés. La primera se considera clave para el ingreso a la universidad y al segunda para insertarse en el mundo globalizado.

T de M: ¿Cuáles son las características del alumno que requiere profesor particular?

Hay distintos tipos y razones. Por un lado, alumnos que tienen problemas de aprendizaje y requieren un refuerzo en casa porque el colegio no se los ofrece. Por otro lado, alumnos que salen desaprobados y sus padres buscan apoyarlos para aprobar esos cursos. También hay alumnos que son muy buenos, pero quieren ayuda para alcanzar los primeros puestos. En quinto de secundaria muchos alumnos buscan profesores particulares en lugar de academias, para prepararse para el examen de ingreso.

T de M: ¿Qué efecto tiene en el esfuerzo que hacen los alumnos en la clase, cuando tienen un profesor en casa?

Es natural que todo joven que puede escoger entre el camino difícil y el fácil tienda a escoger el fácil. Si puede evitar esforzarse en el colegio, donde puede pasarla mejor entreteniéndose en otras cosas, sabiendo podrá luego recuperarse con un profesor en casa, lo hará. Además eso es cómodo para padres y profesores. Es cómodo para los padres tener alguien que se ocupe de seguir de cerca de sus hijos en casa, y también es cómodo para el colegio depositar en su profesor particular la responsabilidad del aprendizaje del alumno.

T de M: ¿Tiene entonces un efecto negativo que los alumnos se acostumbren a los profesores particulares?

Será negativo siempre que sea una distorsión del concepto válido. Así como ciertos enfermos necesitan un fisioterapeuta ocasional o una enfermera al lado mientras se recuperan de una dolencia o enfermedad, del mismo modo un alumno puede necesitar una ayuda particular si es que tuvo un accidente, enfermedad o viaje que lo afectó en sus aprendizajes. Pero en ese caso el profesor se requiere para un objetivo y tiempo limitado. Lo que no tiene sentido es tener una enfermera al lado de por vida “por si se enferma”.
Ponerle un profesor particular a un alumno que no tienen ninguna limitación especial más allá de su flojera o indisposición hacia el estudio, lo único que hace es legitimar el derecho al menor esfuerzo, a no enfrentar responsabilidades, y a gozar de muletas para que otros resuelvan los problemas que le corresponden a uno.

T de M: ¿Cuál es la responsabilidad del colegio en esta situación?

En la medida que los alumnos tengan miedo de preguntar en clase, se aburran o sientan que los profesores avanzan sin verificar si entendieron, los colegios estarán creando condiciones para que los alumnos corran a buscar ayuda externa. Los colegios podrían asumir más responsabilidades y buscar estrategias para que los alumnos puedan ser autosuficientes en su aprendizajes. Eso significa individualizar más la enseñanza, verificar aprendizajes antes del avance a otros temas, más estrategias de motivación para los alumnos, y ofrecer ayuda adicional dentro del mismo colegio para que los alumnos tengan a quién acudir para absolver las dudas que les quedaron en clase.

T de M: ¿Cuál es la responsabilidad de los padres?

En los hogares disociados de hoy en día muchas veces el profesor particular, es parte del staff de personal que los padres contratan para que se ocupen de sus hijos al igual que el mayordomo, el chofer o el guardaespaldas. Muchas veces los niños y jóvenes tienen más comunicación y confianza con estos personajes que con sus padres. La implicancia de esto salta a la vista.
Puede estar ocurriendo también que los padres no se sientan capaces de tolerar que sus hijos enfrenten sus fracasos. Prefieren ponerles el parche rápidamente, con lo que dañan la capacidad de lucha de sus hijos, de enfrentar las frustraciones naturales de la vida. En este caso, los padres serán responsables por educar hijos que serán inválidos intelectuales. Una vez más, los padres que acompañan cotidianamente a sus hijos probablemente actuarán con más tino que aquellos padres distantes y despreocupados. Luego cosecharán el resultado de su actitud. Si no cultivan en sus hijos desde pequeños esta autopercepción de ser capaces de enfrentar retos y superarlos gracias a su esfuerzo, luego serán alumnos limitados y dependientes.

T de M: ¿Tan importante es esta autopercepción del éxito?

Así es. Un estudio realizado por la Universidad de Harvard en 1999 sobre la autopercepción del éxito muestra que hay tres tipos de alumnos: aquellos que creen que el mejor rendimiento se debe a su inteligencia innata; aquellos que creen que se debe al mayor esfuerzo; aquellos que mencionan factores externos como la suerte o el hecho de ser preferidos del profesor. Los alumnos que fracasan son aquellos que atribuyen el éxito a los factores externos y a la falta de habilidades. En cambio, los que tienen éxito lo atribuyen a poseer habilidades y hacer esfuerzos.
En otro estudio Susan Holloway de la Universidad de Berkeley ha demostrado que las creencias de los padres sobre las habilidades matemáticas de sus hijos tienen una profunda influencia en las evaluaciones que hacen los niños de sus propias habilidades, sus creencias acerca de las causas de sus éxitos y fracasos en matemáticas, y sus actitudes hacia las matemáticas.
En pocas palabras, si un alumno se siente capaz tendrá más posibilidades de tener éxito que si desde pequeño se convence de que es incapaz y que sin la ayuda de otros sería incapaz de tener éxito para encarar sus problemas esenciales.