En el Perú habría más de 2.5 millones de discapacitados. Hay minusválidos por conducta, comunicación, cuidado personal, locomoción, destreza y situación. Existe un déficit en cuanto a personal y material para terapias especiales. Sobre la problemática de los discapacitados versa la entrevista didáctica de esta oportunidad con el educador León Trahtemberg, director del colegio «León Pinelo».

T de M: ¿Cuál es la magnitud del problema de los discapacitados?

Lamentablemente hay poca precisión estadística al respecto. En el mundo se manejan cifras que bordean el 10% de la población. En el caso peruano serían unos 2.5 millones de discapacitados pese a que el censo del INEI identifica solamente a 1.3 % o sea 288,826 personas.
Sin embargo, en el año 1993 la OPS, el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Rehabilitación realizaron el estudio sobre prevalencias de las deficiencias, discapacidades y minusvalías en el Perú, según el cual el 13% de la población peruana era discapacitada, o sea más de 3 millones de personas. Entre ellas 45% son personas con deficiencias, 31% con discapacidad propiamente dicha y 13% con minusvalía. Una de las razones de esta incapacidad de registro estadístico adecuado es la falta de entrenamiento de los censores para saber qué es discapacidad, y a su vez de los familiares de los discapacitados para poder referirse a ellos como discapacitados.
En ese sentido es muy loable la tarea en la que se ha embarcado el congresista Javier Diez Canseco, presidente de la Comisión especial sobre discapacidad del Congreso de la República, para precisar la magnitud y diversidad de esta población en el Perú.

Discapacidad
%

De la conducta
13.84

De la comunicación
28.89

Del cuidado personal
8.90

De la locomoción
16.78

De la disposición corporal
11.57

De la destreza
2.77

De situación
17.25

TOTAL
100

Fuente: Instituto Peruano de Rehabilitación (1993) basado por la Clasificación Internacional de Deficiencias Discapacidades y Minusvalías de la Organización Panamericana de la Salud, OPS “Prevalencias de las deficiencias, discapacidades y minusvalías en el Perú, 1993”

T de M: ¿Qué tipos de discapacidad existen?

Hay deficiencias por alteración o anormalidad anatómica que condiciona la pérdida de una función fisiológica o psicológica, como la ceguera o sordera. Hay discapacidades por restricción para llevar a cabo una actividad determinada, como la de quienes tienen brazos o piernas amputadas, y hay minusválidos que tienen limitado o impide su desempeño independiente normal como el de los parapléjicos. Las discapacidades en general pueden tipificarse como de conducta (conciencia, identidad, aprendizaje, comportamiento, relación); comunicación (habla, escucha, visión); cuidado personal (alimentación, aseo y arreglo personal, control de esfínteres); locomoción (desplazamiento y transporte); disposición del cuerpo (posturas, movimientos y equilibrio); destreza (actividades manuales, personas zurdas, deficiencias de coordinación de movimientos); situación (ante el clima o ambiente).

T de M: En el ámbito educativo, ¿cuál es el abordaje que existe?

Lamentablemente sufrimos la incapacidad de prestar atención a la discapacidad. Pese a la enorme magnitud del problema solo se le asigna el 0.05% del presupuesto de Educación a la Unidad de Educación Especial del Ministerio de Educación. De los 57,000 centros educativos existentes en el país sólo 862 atienden a personas con discapacidad. De ellos según cifras oficiales, 448 son centros educativos especiales y 414 son colegios regulares que hacen trabajo integrador de discapacitados. Apenas atienden al 1% de la población con discapacidad. Sin embargo los centros educativos no están construidos con criterios de accesibilidad porque no tienen rampas y el diseño de puertas y baños es inadecuado. Tampoco cuentan con traductores de lenguaje de señas. Si bien los centros de educación especial sí cuentan con infraestructura física adecuada existe un déficit en cuanto a personal y material para terapias especiales. No se dispone de textos en braille, de software para personas ciegas, de equipos etc. No existe tampoco un banco de aparatos ortopédicos. En cuanto a docentes el 28% de profesores de educación especial no han sido capacitados para atender a niños con necesidades educativas especiales.

T de M:¿Se les atiende con el seguro escolar de salud?

Lamentablemente el seguro escolar gratuito muchas veces se niega a brindar atención a los niños con discapacidad, argumentando que se trata de enfermedades pre-existentes. El seguro integral de salud, para personas adultas, tampoco acepta a personas con discapacidad.

T de M: Qué apoyo da el Ministerio de Educación?

Lamentablemente hay muchos prejuicios respecto a los discapacitados y se les confunde como si tuvieran problemas de aprendizaje. Hay muchas personas con discapacidad que no tienen ningún problema de aprendizaje, sino sólo de accesibilidad (personas ciegas, sordas, paralíticas). El Ministerio de Educación hace poco para clarificar el tema y da muy pocas facilidades a los colegios integradores. Por el contrario, les pone trabas quitando las plazas docentes en colegios integradores como los de Fe y Alegría lo que desalienta el esfuerzo de inclusión. Deberían existir aulas integradoras en todos los centros educativos, porque la demanda es muy grande y porque los niños sin discapacidad pueden beneficiarse mucho de la convivencia con los discapacitados, porque es una lección de vida que perdurará para siempre. Se beneficia el discapacitado porque se siente incluido entre pares, se benefician los niños normales porque ponen a prueba su capacidad de tolerar las diferencias, y se benefician los profesores porque estimulan su capacidad de trabajar con enfoques más personalizados que son los realmente educativos.

T de M:¿Qué implicancias tiene todo esto para el campo laboral?

Lamentablemente en el campo laboral hay pocas opciones ofrecidas a los discapacitados; se suele concentrarlas en funciones típicas como masajistas para los ciegos y carpintería o manualidades para alumnos con limitaciones intelectuales. Pese a ello, hay experiencias innovadoras exitosas de capacitación e inserción laboral diversa como por ejemplo la que logra el Centro Ann Sullivan con los autistas en Lima y un centro piloto de discapacitados en Cajamarca que logra su inserción laboral.

T de M:¿Qué habría que hacer en este campo?

Mucho. Antes que nada asumir la opción integradora de la inclusión como una postura educativa ética tanto de parte de las autoridades como de los propios centros educativos, padres de familia, maestros y alumnos. El reconocimiento de que todos somos diferentes y que nadie tiene porqué ser excluido en razón de sus diferencias es uno de los valores democráticos y humanos fundamentales de nuestro sistema ético. Dicho sea de paso, si eso se aplicara tan solo a los alumnos hiperactivos o con problemas de aprendizaje en los colegios, avanzaríamos mucho más en la educación de los colegios comunes y corrientes.

T de M: ¿Cómo promover un mayor auspicio político para este tema?

El Consejo Nacional de Educación ha asumido el reto de ayudar a colocar el tema de los discapacitados en la agenda nacional. Por su parte Javier Diez Canseco ha sugerido recientemente que el Presidente de CONADIS tenga el nivel de ministro sin cartera para hacer escuchar la voz de los discapacitados en los consejos de ministros y en las comisiones de presupuesto.
También los congresistas tienen tareas pendientes para modernizar la legislación. Por ejemplo el Código Civil actual establece que un sordomudo es incapaz y no puede testar ni casarse. Por su parte los medios de comunicación podrían avanzar más usando cintas con textos escritos de lo que se habla y en algunos casos el lenguaje de señas. Lo importante es tomar conciencia de que todos somos capaces en algunas cosas e incapaces en otras. Solo reconociendo eso podremos convivir armoniosamente entre todos.