Este gobierno deja una agenda pendiente en educación que el nuevo inquilino de palacio de gobierno deberá tomar. Cinco especialistas nos dan sus propuestas para los próximos años.

León Trahtemberg, Educador
El primer gabinete de Alan García servirá de fusible para la campaña electoral regional y municipal, porque en el Perú esas campañas se basan en ataques al gobierno y a los contrincantes. El Partido Aprista tiene que incrementar su caudal electoral mucho más allá del 20% que tiene. Por tanto, entre agosto y noviembre del 2006 no hará cambios importantes en el sector educación. No le dará motivos al magisterio para movilizarse contra una nueva ley de carrera pública magisterial meritocrática o una incierta municipalización de la Educación que el Sutep traducirá como un intento para destrozarlo y privatizar la educación, lo que le daría a Patria Roja los pretextos ideales para salir a hacer lío en las calles, junto con los opositores al TLC, los cocaleros y mineros.
El ministro que asuma el cargo tendrá poco margen de maniobra en el segundo semestre 2006, pocos recursos para iniciativas novedosas y mucha presión partidaria para colocar a los apristas en puestos claves y para continuar las directivas establecidas por Mercedes Cabanillas, así esté en el Congreso. Así que solo queda suponer que si habrá cambios, estos se cocinarán tras las bambalinas hasta diciembre 2006 y solo se anunciarán con miras al 2007. Para entonces ya deberían estar listas las propuestas que permitan recuperar la escuela pública como promesa de igualadora de oportunidades. Conducir este reto solo podrá lograrlo un presidente con visión, liderazgo y coraje, capaz de priorizar acciones agresivas y pragmáticas, entre las cuales sugiero empezar con las siguientes:

1. Dada la dramática incompetencia de los alumnos peruanos de todas las edades en el dominio de las habilidades básicas de aritmética y lenguaje, dedicar el año 2007 principalmente a cultivar esas habilidades, independientemente de las áreas que enseñe cada profesor, orientando hacia ello las capacitaciones, materiales, etc.
2. Evaluar a todos los docentes en aritmética básica y lenguaje; capacitar a los que no lleguen a niveles de suficiencia; aumentar los sueldos a quienes si los alcancen.
3. Suspender el ingreso a todos los institutos superior pedagógicos y facultades de educación hasta que estos se hayan acreditado y evidenciado capacidad para formar adecuadamente a los maestros.
4. Establecer de inmediato indicadores para la evaluación del desempeño de directores, profesores y alumnos, reportando a la comunidad semestralmente los resultados a través de informes del ministro al Congreso.
5. Establecer una autoridad central para asuntos de infancia, que integre todas las atenciones que reciban los niños de 0 a 5 años y responda por ellas.
6. A falta de recursos para todo, orientar de manera prioritaria los recursos adicionales hacia la infancia y educación básica, abriendo la educación pública superior a fórmulas de financiamiento compartido y créditos educativos.
7. Para ser transparentes y evitar la corrupción, convocar amautas con Palmas Magisteriales y otros ciudadanos notables jubilados para que sean veedores de las principales decisiones sobre licitaciones, inversiones y contratos.
8. Sobre la base del Proyecto Educativo Nacional 2006-2021 del Consejo Nacional de Educación, armar una agenda concertada con una mayoría de congresistas que incluya el incremento presupuestal automático del 0,25% del PBI al año. Incluir también el nombramiento de una mesa de trabajo consultiva integrada por expertos de los partidos que conforman la mayoría de gobierno, para que precalifique las iniciativas legislativas requeridas para poner en marcha la agenda educativa consensuada. Sus proyectos de leyes ingresarían con urgencia a la Comisión de Educación del Congreso y de allí al pleno para su aprobación inmediata.

Todo esto permitiría oxigenar y relanzar la agonizante educación peruana en dos años para ver frutos claros en el 2011.