¿Por qué la revolucionaria invención de la computadora no ha revolucionado aún la educación? Zygmunt Scheidlinger en su artículo “Education calls for a new philosophy” sostenía hace 10 años que el rapidísimo desarrollo de la tecnología impedía que la educación por computadoras cuente con la investigación actualizada que la respalde. (“Educational Technology & Society” Vol 2(3) 1999)

Su tesis sigue vigente, a pesar que podemos predecir que los graduados del sistema educativo entrarán a un mercado laboral internacional planetario (sin fronteras nacionales) altamente competitivo y profundamente afectado por la informática y la alta tecnología. La esencia de su trabajo consistirá en innovar, desarrollar, diseñar, producir productos de alta calidad que sean confiables, estéticos, ecológicos y ahorradores de energía. Los más talentosos gozarán haciendo investigación científica básica y aplicada con lo que contribuirán al futuro progreso científico tecnológico, creando nuevos empleos y nuevas oportunidades. Algunos graduados serán empleados para resolver los problemas ecológicos, el tratamiento de la basura y la prevención de la polución del agua y la tierra. Muchos otros trabajarán en la agricultura basada en biotecnología e ingeniería genética. Todo eso sin dejar de lado que la interacción entre alumnos, pedagogos y orientadores tendrá una creciente importancia en el proceso educativo, porque los estudiantes socialmente aislados y emocionalmente lisiados no encajarán en la sociedad XXI.

Esta nueva tecnología demanda una filosofía absolutamente nueva como base para la educación del tercer milenio, que articule la realidad virtual con un nuevo concepto de aprendizaje, currículo y organización escolar. De modo que el sistema educativo debe dejar de nutrirse de los paradigmas de la educación escolarizada del siglo XIX para empezar a desarrollar los del siglo XXI.

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