Lo que más recuerdan los alumnos de sus maestros no es su dominio del curso, su capacidad didáctica u oratoria, las anotaciones en los trabajos o el desarrollo de las clases, sino el vínculo que establecieron con ellos, sea al sentirse maltratados o en cambio acogidos y apoyados. En especial recuerdan y valoran el hecho de que estuvieran allí para sus alumnos.  A final de cuentas, los alumnos recuerdan positivamente a aquellos maestros que expresaban amabilidad, empatía y se mostraban preocupados por sus alumnos; su cordialidad, receptividad, el tiempo que se tomaban para escucharlos y hacerles sentir que lo que pasaba con ellos era importante.

También los profesores recordamos con el paso de los años a ciertos alumnos, no porque sacaban las notas más altas o porque tenían una conducta impecable (cosas que se olvidan con facilidad), sino aquellos con los que se pudo establecer un vínculo significativo y recíproco.  Aquellos con los cuales uno aprende algo importante que se instala en nuestra manera de ser maestros. Recordamos también a ciertos padres constructivos, que valoraban nuestro esfuerzo por educar a sus hijos.

Quien sabe el Día del Maestro debe ser el día que los maestros agradecen a los alumnos, porque en ese vínculo recíproco y cordial los maestros vamos modelando nuestras convicciones, nos ayudan a desaprender aquello que no hace mucho sentido y reaprender aquellas que tiene mucho más significado y potencial educativo.

En un 6 de julio en el que se suele homenajear a los maestros, les agradezco a mis alumnos lo que me enseñaron para hacer de mí un mejor maestro.

PD: Testimonios conmovedores de maestros que han tocado el alma de sus alumnos:

  • Transformación Personal: «Antes de conocer al profesor Pérez, yo pensaba que no tenía futuro. Me sentía invisible en el aula y en la vida. Pero él vio algo en mí que yo no podía ver. Me animó a creer en mis capacidades y me mostró que tenía un valor incalculable. Gracias a él, ahora estoy en la universidad persiguiendo mis sueños.»
  • Inspiración Continua: «La profesora Gómez no solo me enseñó matemáticas, sino también la importancia de la perseverancia. Cada vez que fallaba, ella me decía que el fracaso es solo una oportunidad para comenzar de nuevo, esta vez con más experiencia. Sus palabras han sido mi mantra en la vida.»
  • Cambio de Perspectiva: «El profesor Ramírez no nos daba respuestas fáciles, sino que nos enseñaba a pensar por nosotros mismos. Recuerdo un día que me frustré porque no entendía un problema y él simplemente dijo, ‘Tómate tu tiempo. El conocimiento no es una carrera, es un viaje’. Esa lección se ha quedado conmigo para siempre.»
  • Apoyo Incondicional: «Cuando mi madre enfermó, no podía concentrarme en la escuela. La profesora López notó mi lucha y me ofreció su apoyo de una manera que nunca olvidaré. Se quedó después de clases para ayudarme a ponerme al día y me escuchó cuando necesitaba hablar. Fue más que una maestra; fue un pilar de fortaleza en mi vida.»
  • Motivación a Seguir Adelante: «El profesor Sánchez siempre decía, ‘No importa de dónde vengas, sino adónde quieres llegar’. Venimos de un barrio difícil, pero él nos hizo creer que podíamos cambiar nuestras vidas. Muchos de nosotros somos ahora los primeros en nuestras familias en ir a la universidad, gracias a su fe inquebrantable en nosotros.»

Imagen: https://ecampusontario.pressbooks.pub/educ5202/chapter/building-elementary-school-student-teacher-relationships/