León Trahtemberg sobre la programación nacional.

 

¿Qué enseña la televisión?

-(Lo peor). Desde lo inadecuadas que son para la salud mental -especialmente de los menores- ciertas películas violentas que normalizan el crimen, el consumo de drogas y la sexualidad prematura, hasta los comerciales que `cosifican’ a la mujer, las telenovelas que santifican el adulterio, los programas cómicos que se burlan de cualquier autoridad y los dibujos animados violentos. Pero también el uso del chisme como fuente de información para hacer juicios o tomar posición respecto a alguien, que muchas veces ni siquiera puede hacer escuchar su posición.

¿Nuestra sociedad es un reflejo de su televisión?

-En efecto, creo que la pantalla de TV es tan solo la extensión del diálogo autoritario y represivo escolar al que han sido expuestos quienes producen y conducen estos programas en el Perú. Esa manera dogmática de exigirle a los alumnos que acepten las cosas sin pensar, de inhibir sus preguntas y el desarrollo de sus propios planteamientos para no molestar al profesor, de enseñar que hay un texto único o una sola verdad para todas las cosas y es aquella que posee el profesor-conductor, etc., son todas conductas de la relación autoridad-subordinado que se ven por igual en el aula y en la pantalla.

-Qué panorama tan sombrío. ¿Tiene solución?

-La verdadera educación democrática, a la cual los medios podrían contribuir, supone enseñar a cuestionar, a discrepar, a opinar libremente sin sentirse presionados por la opinión del profesor o la autoridad, y sobre todo aceptar los puntos de vista discrepantes con el mismo respeto que uno acepta los que coinciden con los nuestros. (G.A.T.).