ESPECIALISTA EN EDUCACIÓN LEON TRAHTEMBERG ANALIZA LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA SECUNDARIA y SEÑALA QUE EN EL COLEGIO SE PUEDE ENSEÑAR VALORES, PERO DOMINARÁ LO QUE SE TRANSMITA EN HECHOS A LOS JOVENES

¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta la educación secundaria?
El problema es que es una educación sin identidad. Nadie sabe precisamente para qué sirve. ¿Es la continuación de la primaria? ¿El inicio de la superior? ¿Un nivel en sí mismo o una etapa de transición hacia el trabajo? Esta falta de identidad se traduce en los currículos (hasta el año pasado había cuatro distintos). La secundaria es el nivel más adolescente del sistema educativo, el más falto de claridad respecto a sus metas. Todo el tiempo está ensayando, probando e insatisfecho. Es igualito a un adolescente. El otro problema es que el Perú es un importador de modelos, porque no hay una idea de lo que se quiere ni de cómo se quiere. Falta definir los objetivos nacionales para que la educación en general (incluyendo la secundaria) sepa qué tipo de peruano quiere formar.

Otro tema que involucra la educación secundaria es la competencia entre los colegios tradicionales y los preuniversitarios. ¿Quién sale ganando: el colegio o el alumno?
Si el estudiante o los padres están insatisfechos con un colegio y, por tanto, lo sacan y lo ponen en otro, ¿por qué habría de decir que el alumno sale perdiendo? ¿Quiénes cambian de colegio? Los que no están satisfechos, tal vez por razones económicas, sociales (el alumno no se ubica), académicas (sale jalado, no aprende), de conducta (el alumno transgrede y el colegio no sabe qué hacer con él). Si en el nuevo colegio le va mejor, el alumno no sale perdiendo.

¿Son buenos los colegios preuniversitarios?
Los colegios son buenos o malos en la medida que los alumnos que asisten a ellos, aprovechan la oportunidad para crecer, estar contentos, desarrollar habilidades sociales, motivarse para estudiar. Si un colegio tradicional no logra esto, ¿tendríamos que decir que ese colegio es mejor que un preuniversitario? Yo criticaría la dificultad que tienen los colegios tradicionales para reconocer las razones verdaderas por las cuales alumnos, que podrían perfectamente quedarse en esos colegios, prefieren irse.

¿Cuáles son estas razones?
Hay una pedagogía muy tradicional, no hay un trato muy acogedor. Los que tienen problemas emocionales, familiares, sociales no son atendidos, hay alumnos que son maltratados. Y hay muchos colegios que no se ocupan de eso, no les interesa o no saben qué hacer. Entonces el estudiante sufre, busca otra opción. ¿Y qué garantiza el colegio?
El colegio no puede garantizar nada. Así como un médico no puede garantizar que un paciente va a vivir 80 años. Lo que puede garantizar un colegio es que va a hacer los mayores esfuerzos para que el alumno pueda cultivar de manera óptima sus potenciales, sus capacidades, sus talentos y demás.

Ideales vs. realidades

¿La formación del espíritu crítico nace de la escuela o de la casa?
Se forma desde que el niño nace, desde que recibe los primeros estímulos familiares y, paulatinamente, surge esa posibilidad de cuestionarse las cosas, tratar de entender las relaciones causa-efecto, de comprender que hay distintas versiones y uno debe ubicarse en cada una de ellas. Todo aquello que signifique confrontar la realidad para tratar de entenderla. No actuar mecánicamente, sino adaptarse, mejorarse, innovar. Todo eso es parte de una actitud crítica frente a la vida, pero es una crítica que permite crecer.

¿Cómo se puede enseñar a los chicos el tema de valores cuando vemos a diario una realidad distinta?
No creo que los valores se enseñen, se cultivan. Y para cultivarlos tiene que haber un medio ambiente que respete, reconozca y practique esos valores. Y una interacción cotidiana con los niños, donde esos valores se pongan en juego. Por ejemplo, si tenemos padres de familia, maestros, líderes de opinión honestos, sensibles al prójimo, generosos y tolerantes, la interacción de esa gente con los niños va a desarrollar en los chicos receptividad y compromiso con ese tipo de actitudes y valores. Pero si estoy en un medio ambiente egoísta, corrupto, intolerante, discriminador, violento, se les puede enseñar de todo pero va a dominar lo que la comunidad le transmita (en hechos) al alumno. Es muy fácil decir que el colegio enseñe valores, pero es casi una utopía.

Los estudiantes peruanos siempre salen jalados en las evaluaciones que hace la Unesco. ¿A qué se debe esto?
Esto tiene que ver con un mal diseño curricular y una incapacidad de plantearle a los maestros qué es lo básico sin lo cual no deberían pasar a ningún otro tema. Un maestro en el Perú debería saber que si su alumno no puede entender lo que lee, debe detenerse a fortalecer las habilidades de lectura, comprensión, redacción. Pero en el Perú los programas son muy superficiales, aquí se considera normal que en un salón haya 30% de desaprobados. Eso quiere decir que un profesor acepta que un tercio de sus alumnos no entiende lo que hace y no importa, es normal. En teoría no debería haber ningún desaprobado. De otro lado, la cultura de la repetición es casi como echarle la culpa al alumno de que el profesor fue incapaz de lograr que el alumno aprenda.

Es también una cultura de la mediocridad
Y de no compromiso. Hay profesores que se conforman con que la mitad o los dos tercios aprenda. Los demás alumnos están condenados al fracaso.

¿Cómo debería tratarse los grandes temas de la educación, como la sexualidad adolescente, por ejemplo?
Para los adultos es muy fácil convertir al colegio en una lavandería. Creen que uno puede lavar toda la suciedad de la sociedad adulta, encargándole al colegio que forme niños distintos a los adultos que crearon la escuela. Simplemente es imposible. En el caso de la sexualidad, los padres, los medios de comunicación, los ministerios renuncian a su papel de educadores. Y quieren que el educador, el más desprotegido en la escala profesional del país, sea capaz de prevenir una sexualidad prematura. Es absolutamente inviable, absurdo y vergonzoso que se quiera poner en la espalda de los maestros lo que todo el conjunto de la sociedad nacional no está dispuesta a asumir. Más poderoso que un maestro es una campaña televisiva, las telenovelas, las películas, donde se exacerba la violencia, el consumo de drogas, la promiscuidad sexual, la sexualidad abierta en horarios infantiles o juveniles. Las publicidades que estimulan la ‘cosificación’ de la mujer. Eso tiene mucho más poder en la mente del niño que aquel mensaje que un maestro le pueda transmitir sobre el cuidado de su sexualidad.

¿De qué depende el cambio en la educación peruana?
De liderazgo. Si el presidente, los ministros, los políticos, los líderes de opinión no están profundamente persuadidos de que la educación es la primera prioridad del país y adoptan no solamente decisiones en términos de presupuesto, sino de su conducta personal, de su comportamiento público, de sus mensajes cuando se comunican con el pueblo (que denote una genuina sensibilidad hacia lo educativo), mientras eso no ocurra, la escuela no podrá hacer nada sustancialmente distinto a lo que está haciendo ahora. No les pidan a los niños lo que los adultos no son capaces de hacer.