¿Por qué el barrendero debe subsidiar al médico? ¿Por qué deberían los contribuyentes de menores ingresos pagar con sus impuestos por la educación universitaria estatal gratuita de los futuros médicos, abogados e ingenieros que se ubicarán en los niveles socioeconómicos A y B, desatendiendo la salud, nutrición y educación de los niños que están en los niveles socioeconómicos C, D y E?

El presupuesto nacional restringe los recursos para atender integralmente a los niños pobres, desde que nacen, consagrando la inequidad social para toda sus vidas; pero a su vez, la nueva Constitución y Ley de Educación le garantizarán a los 120 mil universitarios de clase media y alta que asisten a universidades estatales gratuitas, la total exoneración de retribución alguna por sus estudios hasta finalizar el primer título. Es absurdo. Si en Inglaterra están pensando cobrar pensiones universitarias, o alternativamente, cobrar un crédito o colocar un impuesto a sus graduados para que luego de egresar paguen por la educación universitaria estatal recibida, al igual que se hace en el resto del mundo angloparlante, ¿porqué no pensar en hacer algo similar en el Perú?

Vernon Bogdanor, catedrático de la Universidad de Oxford, calculó que en las universidades inglesas en la última década se han recortado a la mitad los costos por alumno y elevado al doble el número de alumnos por clase, afectando la calidad de los estudios. Ellos saben que así no van a poder competir con Harvard o Stanford que gastan cinco veces más por estudiante. Además, las 48.000 libras esterlinas anuales que ganan los catedráticos ingleses para formar a sus estudiantes representa menos de lo que estos ganarán anualmente al cabo de dos años de egresados. (Guardian Unlimited Network, «The Observer» 17.11.2002).

Bogdanor sostiene que solo hay dos maneras de reducir esta brecha. Una es financiarla con más impuestos provenientes de todos los contribuyentes, es decir, aumentar el gasto fiscal destinado a educación superior. Esto sería injusto porque significaría que toda la población tendrían que pagar con sus impuestos los estudios superiores de una minoría, que por lo general procede de las familias más pudientes, quienes sin duda al egresar ganarán mucho más que la mayor parte de estos pequeños contribuyentes pobres. En Inglaterra hoy en día más del 75% de los estudiantes universitarios procede de la clase media y solo el 2% procede de familias de trabajadores sin calificación.

En el Perú más del 50% de universitarios estatales fueron capaces de pagar colegios y preuniversitarios pagados. En otras palabras, tenemos un sistema que por un lado no le da acceso universitario a la mayoría de los pobres, pero por otro lado les exige que financien la educación de los más pudientes que sí acceden.

Por eso es que hay que procurar una alternativa más justa: quienes tuvieron la fortuna de beneficiarse con la educación superior gratuita, que paguen por su estudios ya sea durante su vida universitaria o después de ella, vía pago de pensiones en el primer caso, o la devolución de créditos educativos en el segundo. También podría aplicarse el sistema escocés de cobrarle un impuesto temporal a los profesionales graduados, hasta cubrir los costos de su educación superior, una vez que sus ingresos profesionales superen un mínimo.

Guardando las distancias con Inglaterra, la falta de financiamiento estatal y pérdida de competitividad internacional también la sufren los universitarios estatales peruanos, con el agravante de que el Estado no solo no les aporta suficientes recursos, sino además quiere impedirles que los recauden por su cuenta. Amigos congresistas, les invoco humildemente a que revisen este desacierto conceptual, tanto en la nueva Constitución como en la nueva Ley de Educación.