Ayal Press, colaborador del New York Times, escribe sobre la crisis moral que enfrentan los médicos en el sistema de salud estadounidense, a pesar de sus altos salarios y prestigio.

Los médicos se ven presionados para priorizar las ganancias de los hospitales sobre la atención médica adecuada, lo que genera dilemas éticos que se exacerbaron durante la pandemia al punto que la tasa de suicidio entre los médicos ve ha vuelto alarmante. Sin embargo, muchos médicos tienen miedo de hablar abiertamente debido a acuerdos de confidencialidad o temor a represalias como en el caso de Ming Lin, quien fue retirado de su trabajo por expresar preocupaciones sobre protocolos de seguridad COVID-19.

El artículo presenta testimonios de varios médicos que han enfrentado dilemas éticos y han traicionado sus valores debido a estas presiones. Muchos, especialmente más jóvenes endeudados por sus estudios que al graduarse trabajan como empleados asalariados en grandes sistemas hospitalarios o entidades corporativas, tienen limitado control sobre sus condiciones de trabajo y capacidad de quejarse. Estas presiones financieras y de productividad afectan negativamente la atención al paciente, siendo el enfoque por métricas uno de mayores factores que contribuyen a la presión sobre los médicos.

Se menciona el modelo de atención directa como una alternativa en la que los pacientes pagan tarifas mensuales por una atención más personalizada fuera de la red. Sin embargo, se reconoce que este modelo no es una solución completa para los problemas del sistema de atención médica.