Cada fin de año es una época de incertidumbre para muchos jóvenes que salen del colegio. ¿Cómo saber lo que debo estudiar?, es la pregunta que ellos se hacen constantemente. He aquí unas sabias reflexiones para tomar en cuenta.
Según León Trahtemberg, no existe una receta para lograr una buen elección. Elijamos lo que elijamos, siempre habrá un margen de error e inseguridad, por lo que no es bueno considerar como definitiva una elección. Por otro lado, nos e trata tampoco de elegir en función de lo que otros sugieran; de lo contrario, todos los fracasos se van a achacar a quienes influyeron en esa decisión, recomendó.
Juzgar las vocaciones de hoy, las cuales tendrán una influencia en el desarrollo de los jóvenes dentro de cinco o diez años a partir de las realidades o restricciones del mercado de trabajo actual puede ser realmente un tiro al aire. La realidad económica es cambiante y cuando uno empieza a estudiar tiene que pensar no solo en lo que esta vigente en este momento sino en lo que estara dentro de cinco u ocho años que es cuando empezará a trabajar.
Se pueden evaluar tendencias en el mercado ocupacional, pero éstas pueden cambiar. Por ejemplo ahora sobran ingenieros. Pero si el Perú diera un salto en materia tecnológica y científica, podría ocurrir que mas adelante falten ingenieros, que es lo que pasa en Estados Unidos e Israel. No podemos decir que como ahora no hay posibilidades, entonces debemos dejar de lado esas carreras, enfatizó.
Hay profesiones que tienen hoy mayor prestigio que otras, pero mañana puede tener más reconocimiento una nueva. Por ejemplo hoy en día las carreras de gestión de empresas cuentan con más prestigio que la medicina que antes era la lídere y solía captar a los jóvenes mejor formados.
En estas edades la inseguridad, el desconcierto y la confusión son naturales. Lo que yo recomiendo es que cada joven, una vez que haya explorado sus intereses, habilidades y las sugerencias de su entorno, evalúe y se lance a la educación superior sin dogmatismos y con un criterio de exploración. Debe entrar a una carrera porque llegó a la conclusión de que ésa podría ser la adecuada. Si descubre que acertó, seguirá adelante pero si encuentra que prefiere otras opciones, podrá pasarse a ellas, hasta que encuentre su camino, aconsejó el especialista.
Todos tenemos vocaciones múltiples. Unas se presentan explícitamente, mientras que otras están ocultas y aparecen recién cuando tenemos 30 o 40 años. En distintos momentos de nuestras vidas alguna de ellas es la dominante y no por eso va a ser mejor que la otra. Esto no significa que cambiar de carrera generó una pérdida de tiempo y un retraso, porque la vida exige enfrentar las realidades del momento conforme se presentan. Ademá de todo lo que uno haya estudiado siempre se aprenden cosas útiles para la vida.
Si uno necesita corregir su elecció, lo hace, sin culpas. No se puede considerar que el tiempo pasado de esta manera es un tiempo perdido. No existe la decisión única y perfecta, eso tiene que construirse a lo largo de la vida, explicó.
Tengan en cuenta que la felicidad te la da trabajar en lo que te produce placer. Imagínense tener que trabajar en algo que no nos guste ocho horas diarias, todos los días… sería fatal.

* la entrevista ha sido ligeramente retocada para reflejar mejor las propuestas del entrevistado.