Lo importante es escoger lo que sea mejor para nosotros, no para los demás, es la receta de León Trahtemberg, especialista en educación. La fórmula incluye recordar que nunca es tarde para hacer lo que en verdad se desea, pues la decisión perfecta se construye a lo largo de toda la vida.
La cercanía de los exámenes de admisión marca una época de incertidumbre para muchos chicos que salen del colegio. ¿Cómo saber lo que debo estudiar? es la pregunta que suelen hacerse ellos constantemente. Sin embargo, la duda sobre la vocación no es patrimonio de los más jóvenes. Aquellos que ya están estudiando una carrera o incluso quienes ya son profesionales también tienen dudas sobre cuál la carrera hecha a su medida. Presentamos unas sabias reflexiones que todos pueden tomar en cuenta.
Según Trahtemberg, no existe una receta para lograr una buen elección. «Elijamos lo que elijamos, no es bueno decidirse por algo cuando uno no está convencido de que realmente es lo mejor para nuestras vidas; de lo contrario, todos los fracasos se van a achacar a quienes influyeron en esa decisión», recomienda.
Juzgar las vocaciones de hoy, las cuales tendrán una influencia en el desarrollo de los jóvenes dentro de cinco o diez años a partir de las realidades o restricciones del mercado de trabajo actual puede ser realmente un tiro al aire. La realidad económica es cambiante y cuando uno empieza a estudiar ahora tiene que ponerse a pensar que va a empezar a trabajar dentro de tres u ocho años.
Y es que se puede evaluar tendencias, pero éstas pueden cambiar. «Ahorita sobran ingenieros. Pero si el Perú diera un salto en materia tecnológica y científica, podría ocurrir que faltaran ingenieros, que es lo que pasa en Estados Unidos e Israel. No podemos decir que como ahora no hay posibilidades, entonces dejamos de lado esas carreras», subraya el especialista, convencido.
Hay profesiones que tienen mayor prestigio que otras, pero mañana puede tener más reconocimiento una nueva. Hoy en día las carreras de Gestión de Empresas cuentan con más prestigio que la Medicina.
«Lo que yo recomiendo es que cada joven, una vez que haya explorado sus intereses, habilidades y las sugerencias de su entorno, evalúe y se lance a la educación superior sin dogmatismos y con un criterio de exploración. Debo entrar a una carrera porque llegué a la conclusión de que ésa podría ser la adecuada. Si encuentro que acerté, sigo adelante y si encuentro que prefiero otras opciones me paso a ellas, hasta que encuentre mi camino», aconseja Trahtemberg.
Tenemos vocaciones múltiples. Unas se presentan explícitamente, algunas están ocultas y otras aparecen recién cuando tenemos 30 o 40 años. En distintos momentos de nuestras vidas alguna de ellas es la dominante, y no por eso va a ser mejor que la otra. «Esto no significa retraso, la vida implica enfrentar la realidad del momento. Si uno necesita corregir, lo hace. No se puede considerar que el tiempo pasado de esta manera es un tiempo perdido. No existe la decisión única y perfecta, eso tiene que construirse a lo largo de la vida», explicó.
«Tengan en cuenta que la felicidad te la da lo que te produce placer». Imagínense tener que trabajar en algo que no nos guste ocho horas diarias, todos los días… sería fatal.

Alejandra Visscher