Le reclama liderazgo al ministro Gerardo Ayzanoa, vaticina el fracaso de cualquier reforma curricular y pide declarar la educación en emergencia. León Trahtemberg, miembro del Consejo Nacional de Educación y director general del colegio León Pinelo, pone los puntos sobre la mesa a un mes del inicio del año escolar.

¿Por qué siempre han fracasado las reformas educativas en el Perú?

Porque una verdadera reforma educativa no la puede hacer solo el Ministerio de Educación sino se tienen que crear antes condiciones de educación en el país. Es decir los alumnos deben estar en capacidad de aprender y los maestros en aptitud de enseñar. Pero estas condiciones no existen desde hace mucho tiempo y sus causas están fuera del sector: mala alimentación, desnutrición, falta de estimulación temprana, malas condiciones en el hogar, escasa educación en los padres, bajos niveles de ingresos, mala preparación en los maestros, etc. Entonces tenemos alumnos en pobres condiciones para aprender y maestros en pobres condiciones para enseñar. Una reforma educativa que obvie estos factores no tiene ninguna posibilidad de éxito.

¿La solución a la crisis es entonces más política que educativa?

Es una decisión política. Por eso he dicho más de una vez que la reforma no la puede liderar el ministro de educación, sino el presidente de la República, el primer ministro y el ministro de economía. Debe formarse un gabinete de emergencia para relanzar la educación en el país. Pero la realidad es otra: la educación es la quinta rueda del coche, si no veamos cuántos recursos le dan, qué importancia tiene en el discurso político y qué tipo de ministros ponen en el sector.

Al respecto, usted ha pedido la cabeza del ministro de educación Gerardo Ayzanoa

No he pedido su cabeza, lo que he dicho es que lamento su falta de liderazgo. El Acuerdo Nacional decía que había que agregar el 0,25 por ciento del PBI para Educación, no se hizo y el ministro no ha dicho nada. Han pasado el canal 7 del Ministerio de Educación a la Presidencia del Consejo de Ministros, y el ministro no ha dicho nada. Se prometió duplicar los sueldos a los maestros en los próximos cinco años, pero hasta ahora no se ha anunciado aumento alguno, y el ministro no ha dicho nada. Por eso yo me pregunto ¿Dónde está el ministro? ¿Dónde esta el piloto?

Usted ha dicho que las reformas curriculares son como cambiar las pastillas de frasco para ver si así hacen bien al paciente.

Hay gente que cree que cambiando el currículo se moderniza la educación. No se dan cuenta de que el currículo es solamente un soporte de lineamientos, y no sustituye la destreza del profesor para lograr que el alumno se motive, se interese y aprenda. El currículo se queda en la puerta del salón pero dentro del aula se juega otro partido. El profesor tiene que tener formación sólida, versatilidad y capacidad para hacer sus propias propuestas de enseñanza. Un profesor debería ser un profesional autónomo como lo es un médico, un arquitecto, un abogado. Debemos darle el derecho de crear, de inventar, de acuerdo a su experiencia. Mi posición siempre ha sido que los modelos educativos peruanos tienen que gestarse en el Perú, y no pueden ser uno sino cientos, miles. Yo diría tantos como colegios hay en el país.

¿Cómo empezamos a mejorar la enseñanza?

Con los modelos actuales es imposible exigir calidad educativa. Cuando los niños llegan al colegio a los cinco años ya se jugaron el 80 por ciento del partido. Si no se les atiende desde los cero años, si no se les nutre, estimula y educa desde que nacen, cuando llegan a la escuela ya tienen todo en su contra. El modelo educativo peruano supone que todos los niños -incluidos los de zonas pobres, rurales, etc.- pertenecen a la clase media: que están bien alimentados, que los padres tienen tiempo para ellos, que pueden comprar cuadernos, libros, ropa, etc. La escuela pública parte de ese supuesto y educa en esa dirección. El resultado lo vemos todos los años: cada vez más niños fracasan en la escuela y hay más deserción escolar. Necesitamos, por eso, ensayar otras propuestas. El Perú debería ser un gran laboratorio de experiencias educativas innovadoras, y lo primero que debemos hacer es atender la infancia de cero a cinco años. Es ahí donde se marcan las carencias perpetuas o las posibilidades de éxito.

Consejos

El Consejo Nacional de Educación fue creado para fijar la política educativa peruana a mediano y largo plazo. Y esta semana realizó un coloquio que pone al descubierto un problema fundacional de la educación pública peruana: la desatención del niño de 0 a 5 años. Según cifras dadas a conocer en dicho encuentro el 59 por ciento de los niños de 0 a 12 años en América Latina (70 millones) son pobres, 4 millones tienen problemas de desnutrición y 20 millones, entre los 5 y 15 años, se ven obligados a trabajar.