Una de las políticas del Ministerio de Educación en los últimos 11 años fue la de ocultar información (que es lo mismo que engañar) y de no confiar en los directores, profesores y padres de familia como actores comprometidos y responsables de la educación de los alumnos peruanos.
Sistemáticamente se nos quiso hacer creer que gracias a las construcciones escolares nuestra educación marchaba a convertirse en la mejor de América Latina, a pesar que todo indica que nos encaminamos a estar entre las peores de América Latina.
Se nos quiso hacer creer que el currículo de primaria ya estaba consolidado por lo que era hora en entrar al de secundaria, cuando los niveles de fracaso escolar en la primaria son tan grandes que denotan la existencia de muchas tareas inconclusas o equivocadas.
Se nos dijo que el Plancad era un exitoso plan de capacitación docente, a pesar de no existir ninguna prueba seria al respecto y de la existencia en cambio de múltiples evidencias que muestran que no hay diferencia en el rendimiento de los alumnos cuyos profesores participaron en el Plancad respecto a los que no participaron.
Nos han asegurado que las licitaciones han sido correctas y transparentes, lo que no se condice con la cantidad de denuncias sobre irregularidades en las bases y procesos de elección de textos y entes ejecutores.
Se nos dijo que el modelo del bachillerato peruano era el que estaba vigente en todas partes del mundo, cosa que es absolutamente falsa. Bajo el nombre de bachillerato, se ha introducido en el Perú un engendro rarísimo en relación a lo que se llama bachillerato en los países de nuestro continente y Europa, donde se constituye en el último ciclo de la educación secundaria que ofrecen los colegios. En el Perú se ha recortado un año la secundaria y se ha creado un bachillerato de nivel post secundario que inclusive se ha ofrecido para que en vez de los colegios lo asuman los institutos y universidades.

CHILE
A título de contraste basta el ejemplo de Chile, que es el país de América Latina que más ha invertido en educación en las última década. Un artículo publicado en «El Mercurio» del 6 de diciembre del 2000 muestra que los alumnos chilenos quedaron en el puesto 35 sobre 38 países participantes en la nueva versión de los exámenes internacionales de matemáticas y ciencias conocido como TIMSS («Third International Mathematics and Science Study»). Fueron aplicados en Chile por primera vez en noviembre de 1998 a 15,000 alumnos de 7mo y 8vo grados, siendo el único país latinoamericano que participó junto con los países asiáticos y los europeos.
Los resultados muestran a Singapur y Taiwán al tope con 604 y 569 puntos, y a Filipinas, Marruecos y Sudáfrica en la cola con 250 puntos detrás de Chile que alcanzó 400 puntos. El promedio internacional fue 487 puntos superado ligeramente por Inglaterra con 496 puntos y EE.UU. con 502 puntos, los cuales quedaron a media tabla. En la versión de 1997, los ubicados en los últimos lugares fueron Irán, Kuwait, Colombia y Sud Africa, lo que muestra que las diferencias entre Chile y Colombia no son grandes y pueden considerarse representativos de los países líderes de Latinoamérica.
Reaccionando al natural escándalo que suscitó tal noticia salió al frente la Ministra de Educación Mariana Aylwin para reconocer la insuficiencia escolar que ya había sido detectada en el Simce chileno de junio pasado, pero animando a la vez a los chilenos a tomarlo como un desafío. Para aspirar a llegar a metas es fundamental saber a ciencia cierta cuál es la situación de partida. Al evaluar los factores causantes de las deficiencias destacan la falta de preparación docente para las asignaturas de ciencias y matemáticas, así como falta de experiencias de laboratorio. También es un factor importante los bajos niveles de escolaridad de los padres.
En otras palabras, sólo conociendo la verdad de nuestra situación educativa podremos asumirla y diseñar un plan para alcanzar las metas a las que aspiramos.

VICEMINISTROS
Estoy seguro que los distinguidos profesionales Idel Vexler y Henry Harman que asumieron los viceministerios de Gestión Pedagógica y Gestión Institucional, al lado del Ministro Marcial Rubio, abonarán a favor del sinceramiento de la educación, la transparencia y limpieza de las licitaciones, la divulgación de las estadísticas y resultados existentes sobre el rendimiento de los alumnos peruanos y por supuesto, el diálogo abierto y honesto con todos los sectores, en busca de construir un consenso que permita lograr un acuerdo de largo plazo que saque adelante a la educación peruana.