Siéntese con su hijo o hija adolescente o universitaria y pregúntele: ¿Cómo te sientes de saber que todo lo que estudiaste en el colegio quedará obsoleto en 5 años? ¿Qué herramientas para la vida has cultivado que te permitan superar los desafíos de la incertidumbre y las venideras exigencias de cambios continuos? ¿Te lo garantiza matarte para sacar buenas notas y algún reconocimiento que se diluirá en el tiempo? ¿Qué de ti quedará en ti para que navegues por este mundo incierto, con un mundo social y laboral en constante evolución?

Si su hijo o hija no tiene más respuesta que asumir que lo que sabe de matemáticas, inglés o historia le dará esas herramientas, probablemente se choque contra la pared. Eso lo vienen sosteniendo desde hace tiempo muchos visores de la educación del futuro como Tony Wagner (Harvard) al que por supuesto pocos le hacen caso porque la fuerza de la inercia y lo intereses creados que se verían afectados con cualquier cambio los frena. Su consigna es «no cambies ya que eso me malogra mi negocio». Silencia a los disidentes, promueve a los ayayeros del sistema, por ejemplo, todos aquellos que creen en los estándares escolares iguales para todos, en las cohortes, los rankings de notas, el trabajo individual, el uso de las pruebas internacionales PISA como el benchmark para todos, y los que demandan que todas las carreras universitarias tradicionales deban durar 10 o más semestres y que un examen de admisión basado en promedios de notas y conocimientos escolares detecta el potencial talento de un promisor universitario o profesional, al estilo siglo XX.

Tony Wagner, distinguido profesor de la escuela de graduados de Educación de la Universidad de Harvard publicó el esclarecedor libro “The Global Achievement Gap” (2008) en el que analizó la creciente obsolescencia de las escuelas estadounidenses y su incapacidad para preparar a los estudiantes de hoy para el desarrollo profesional y el empleo futuro. Sostiene que en la economía del conocimiento global altamente competitiva de hoy, todos los estudiantes necesitan habilidades distintas a las convencionales. Su propuesta emerge de infinidad de entrevistas con empleadores modernos y derivan en lo que denomina «Las siete habilidades de supervivencia para las carreras, la universidad y la ciudadanía en el siglo XXI». Éstas incluyen: pensamiento crítico y resolución de problemas; colaboración y liderazgo; agilidad y adaptabilidad; iniciativa y emprendimiento; comunicación oral y escrita eficaz; acceder y analizar información; curiosidad e imaginación.
Parecerían consignas para el siglo pasado pero sus carencias hacían que se sigan demandando para este siglo. Más aún, en esa época aún no se había generalizado el uso de la inteligencia artificial y entendido el multidimensional impacto que esta tendría en todas las actividades humanas, incluyendo el estudio y el empleo.

A la pregunta respecto a las resistencias que tiene el sistema educativo norteamericano para reinventarse, parecidas a las de los diversos países del mundo con modelos similares y el Perú no es la excepción, concluye que el peso del “establishment” burocrático, legislativo y académico es tal que opaca totalmente cualquier intento de reforma. Sin embargo, es posible observar colegios que hacen las cosas bien, con egresados muy exitosos; son aquellos en los cuales sus líderes y directivos se atreven a innovar y dan la pelea en la comunidad y con las autoridades para alcanzar sus propósitos.

Una vez más, las mayorías terminan pagando por la inercia y la cobardía para innovar de sus autoridades. Y una vez más, los audaces, los corajudos, los luchadores, los disruptores que no temen innivar, probar, fallar, corregir, innovar de nuevo, siempre dando pasos adelante, son los que llegan más rápido a dominar los avatares que les depara el destino.

Regresamos al sentido de la pregunta inicial, ¿están sus hijos preparados para la parte del siglo XXI que se viene, llena de incertidumbre y cambios continuos, haciendo en el colegio o la universidad lo mismo que se valoraba hace 20 o más años atrás? ¿O hay espacio para demandar nuevas avenidas al desarrollo de sus hijos?

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