Lo que funciona y lo que es nuevo en la educación africana. A pesar de la distancia y cierta suficiencia que sentimos en los países latinoamericanos respecto a lo que pasa en África, en el terreno educacional no estamos tan lejos y en varios aspectos podemos aprender de iniciativas de países como Zimbawe, Namibia y Uganda que se han orientado por afanes de democratización y búsqueda de mayor equidad. De otros países como Botswana, Liberia, Namibia y Uganda podemos apreciar los importantes avances educacionales a pesar de sus limitados recursos y capacidades, debido a una visión política, convicción y compromiso nacional por el mejoramiento de la educación.
Cada dos años la Asociación para el Desarrollo de la Educación en África (ADEA) organiza una reunión de ministros, investigadores, representantes de las agencias de desarrollo y altos funcionarios educacionales de los 25 países africanos subsaharianos, con la finalidad de intercambiar experiencias educacionales. En diciembre de 1999 se reunieron en Johannesburgo, Sudáfrica para tratar el tema ¿Qué funciona y qué es nuevo en educación? ¡Africa Habla!
Según reporta la ADEA (en IIPE-Unesco, vol 18 #1 enero-marzo 2000 www.adeanet.org) se presentaron diversas experiencias exitosas como el acceso a la educación básica en Nigeria; la enseñanza rentable de la ciencia en escuelas secundarias de Zimbabwe; el afrontamiento de la escasez de profesores formados en Botswana; el mejoramiento del acceso mediante mayor participación de las comunidades en el funcionamiento y la gestión de las escuelas de Madagascar; la gestión profesional y de carrera de los profesores auxiliares recientemente reclutados en Senegal; los sistemas de gestión de la información en educación en Namibia y Costa de Marfil; y las escuelas comunitarias en Mali, Burkina Fasi, Burundi, Madagascar, Senegal y otros países.
Resulta notorio además constatar que el progreso educacionales aumenta con la sensibilidad y capacidad de respuesta de los comunidades a las necesidades reales de la gente y con la conformación de redes de comunidades profesionales panafricanas.

ESCUELAS COMUNITARIAS
Un desarrollo particularmente notable es el de las escuelas comunitarias, tal como lo reportan David Atchoarena y Serge Peano. Es la respuesta a la insatisfecha demanda de escolarización universal por parte de las comunidades rurales, que quieren tener escuelas semejantes a las escuelas públicas aunque sin los recursos para sostenerlas. En varios casos las comunidades han creado y se han hecho cargo de las escuelas, usando modelos pedagógicos alternativos , con maestros con precaria formación, y con la inestabilidad propia de trabajar para instituciones comunales que en los años que les va mal se quedan sin recursos para retener a los maestros.
Hay sin embargo casos de países como Senegal en los cuales el Estado se hace cargo del pago de los profesores y la comunidad se ocupa de la administración. Utilizan un modelo educativo de 4 años para cubrir la escolaridad primaria de 6 años de niños que inician sus estudios a los 9 años ó más, siguiendo un currículo más adaptado al medio (con énfasis en los aprendizajes prácticos y las lenguas nacionales). En la misma línea de trabajo están los Centros de Educación Básica de Burkina Faso, los Centros Nafa de Guinea, o los Centros de Educación para el Desarrollo de Malí. En estos casos los programas no se estructuran por asignaturas sino por competencias básicas que apelan a conocimientos procedentes de diversas áreas. En estos casos además se ha tomado una clara decisión de habilitar a los alumnos para vivir en su medio, en vez de prepararlos para los estudios secundarios o superiores urbanos como se hace en otros lugares.

LIMITACIONES
La participación de la comunidad en la administración escolar tiene algunas limitaciones: hay casos en que los comuneros son analfabetos y no están preparados para al gestión; la inestabilidad de los recursos colectivos para contratar a los maestros debilita la motivación de la comisión encargada, y le dificulta retener a los buenos profesores. Normalmente los profesores son jóvenes y originarios de la comunidad, lo cual es una ventaja para sus vínculos sociales y para presionar para que no haya ausentismo. Pero, rápidamente estos jóvenes tienden a migrar hacia las urbes por la precariedad de las condiciones docentes, ausencia de contrato de trabajo y de perspectiva de carrera, carencia de protección social, y magros y aleatorios ingresos. Otra limitación de las escuelas comunales no estatales es la indiferencia del Estado que se desentiende de ellas, en la medida que no siente que es gestor de su servicio educativo.
Por eso es que la participación del Estado en la remuneración y supervisión de los profesores como se hace en Burkina Faso, Guinea y Senegal, constituye una ventaja y le da mayor estabilidad a su educación.