SOBRE LA CONFERENCIA + TALLER DE DINÁMICA

Reflexión sobre la adolescencia y su potencial creativo, cooperativo y generador de cambio.

Este espacio busca confortar la imagen “problemática” de la adolescencia para construir una en la que su voz tenga valor y sea escuchada, donde podamos repensar juntos cuál es el rol de los docentes, de los padres y del sistema que acoge sus intereses y problemáticas. Y así profundizar en las condiciones que los estudiantes necesitan para desarrollarse en bienestar, un espacio para compartir y co-construir estrategias útiles que nos permitan
acompañar a los adolescentes en los retos de la cotidianidad.

RESUMEN DE LO EXPUESTO:

Escuela estúpida y fuga de talentos. Por León Trahtemberg
No pocos adolescentes sienten que la escuela es retrógrada y está totalmente “fuera de foco”. Si hubiera que parafrasear lo que viven y sienten sería algo así:

“Nos enfrentamos a un sistema educativo que no considera nuestras diferencias individuales. Nos imponen estándares y un currículo uniforme sin ofrecer opciones que se ajusten a nuestras diversas capacidades y formas de aprendizaje.

Nos piden que nos adaptemos y seamos flexibles, pero lo hacen desde una estructura inflexible que no permite innovaciones ni cambios. Nos enseñan la importancia de la democracia y la participación ciudadana, pero rara vez se nos da la oportunidad de expresar nuestras opiniones y ser escuchados en temas que afectan nuestra educación y nuestro futuro.

Sentimos que nuestras necesidades emocionales no están siendo
adecuadamente atendidas. Nos piden que confiemos en nuestros docentes, pero a menudo se nos prohíbe discutir temas relevantes y cruciales como el aborto, la identidad de género y la sexualidad.

Sentimos que gran parte de lo que aprendemos no se conecta con el presente ni con el futuro que enfrentaremos. Se nos acusa de bullying, pero el propio sistema escolar a veces nos maltrata al crear jerarquías y un ambiente competitivo que fomenta divisiones y conflictos entre nosotros.

Nos dicen que deberíamos disfrutar de nuestra educación, pero las exigencias académicas excesivas nos ahogan y nos dejan poco espacio para explorar nuestros intereses y talentos. Nos animan a ser autocríticos, pero el sistema mismo no muestra ninguna capacidad de autocrítica. Un currículo que no sirve, metodologías que no emocionan, fortalezas que no se cultivan, y docentes que a veces no son competentes, todo esto necesita ser revisado y mejorado.

En conclusión, estamos inmersos en un sistema educativo que no solo no reconoce nuestras diferencias y necesidades individuales, sino que también nos desampara emocionalmente, nos excluye en la toma de decisiones y nos deja indefensos para los retos del futuro”.

Lo que se colige de su mensaje es que dejen de ser estúpidos y empiecen a organizarse en función de una educación coherente. De lo contrario, lo único que logran es inculcar el caos, la confusión y la disrupción de los estudiantes contra lo establecido chicos escolares respecto a lo que se espera de ellos en la escuela.

El reto educativo principal está en construir esos pilares, esos referentes inamovibles, trascendentes, esa organización externa, que si no la puede hacer la sociedad en su conjunto, tiene que hacerlo la escuela para que al menos sea el espacio de tranquilidad y creación para los adolescentes. Ese es el rol de los padres cuando eligen un colegio, y el rol de los maestros y directivos cuando conducen un colegio.