En un mundo cada vez más dominado por las relaciones sociales y la búsqueda de conexiones humanas, la única estrategia sostenible para destacar en el mercado laboral es desarrollar una marca personal desde la juventud. Ser conocidos en tanto personas como lo son marcas de productos comerciales como “Coca Cola”, “Amazon” o “IBM”. Esta marca debe basarse en las virtudes y cualidades únicas del individuo, y no solo en la acumulación de logros académicos o habilidades técnicas que son las mismas entre los pares con similares calificaciones. (Scott Galloway en People Are The New Brands).

En el pasado, las empresas buscaban talentos que se alinearan con sus marcas. Hoy, el talento es la marca. Personas como Bill Gates, Oprah Winfrey, Isabel Allende, Taylor Swift, Angela Merkel, Richard Branson, Lionel Messi, Rafael Nadal, etc. ejemplifican cómo una identidad fuerte puede superar a grandes corporaciones en influencia y relevancia. Esto sugiere que, desde la etapa escolar, los estudiantes deben trabajar en construir un prestigio que refleje su autenticidad y sus valores. Una marca personal bien definida y respaldada por virtudes como la empatía, la integridad y la resiliencia no solo facilita el acceso a mejores oportunidades, sino que también genera confianza y conexiones genuinas.

El entorno escolar es el campo ideal para comenzar a construir esta marca. La participación en actividades extracurriculares, el trabajo en proyectos colaborativos y el manejo de redes sociales de manera consciente son herramientas poderosas. Por ejemplo, un estudiante que lidera iniciativas comunitarias demuestra liderazgo y compromiso social, valores altamente apreciados en el mercado laboral.

Para que una marca personal sea efectiva, no basta con desarrollarla; también es crucial que sea reconocida. Esto implica que los profesores y las instituciones educativas deben actuar como promotores del potencial de sus estudiantes, destacando sus logros y virtudes en espacios públicos como redes sociales, ferias de talento y ceremonias escolares. Un testimonio positivo de un docente o un reconocimiento en un evento escolar puede ser tan valioso como un diploma.

En una sociedad donde la soledad y el aislamiento aumentan, la capacidad de generar y mantener conexiones humanas genuinas es un diferenciador clave. Como menciona Galloway, las personas buscan autenticidad y cercanía en un mundo cada vez más digitalizado. Una marca personal que prioriza estos valores tiene el poder de trascender y crear un impacto duradero.

Así, la construcción de una marca personal basada en virtudes desde la vida escolar no solo es una estrategia para destacar en el mercado laboral, sino también una forma de enriquecer la vida de quienes nos rodean. Siendo así, los educadores deberían preguntarse cómo están ayudando a los estudiantes a comprender y cultivar su marca personal

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