Si analizamos todas las propuestas de los pensadores e investigadores de la educación de nuestros tiempos veremos que ellas tienen décadas de antigüedad, pero en su momento las autoridades y los propios colegios no tuvieron la visión y coraje para implementarlas. Eso terminó maltratando a los alumnos, al dejarlos indefensos frente a los retos vigentes en su tiempo y mucho más los que podrían avizorarse para el futuro. Se beneficiaron solamente los que se adaptan a las circunstancias por tener mejor cultura educativa del hogar o las instituciones “relativamente mejores” que sus pares, perpetuando la desigualdad y discriminación hacia los más pobres y vulnerables.

La clave es educar hoy para los problemas de hoy y mañana, en vez de los de ayer como ha sido la tradición educativa en el siglo XX de los estándares. hasta los anteriores. El problema es que como el mañana es incierto, se prefiere refugiarse en el ayer, lo conocido, aquello que ya tiene respuesta y que le da al profesor que lo conoce la capacidad de controlar a los alumnos.

El problema es que para hacerlo se requiere autonomía escolar, cosa que un ministerio de educación centralista, homogeneizador, reglamentarista, controlista y sancionador nunca ha admitido. Nuevamente, por temor a perder el control.

No entiende que su rol es inspirar, alentar la innovación, darle alas para que vuelen los que puedan volar, para luego aprender todos de todos.

Entonces, la burocracia ministerial siempre llega tarde y ha sido un freno a las propuestas innovadoras, y los colegios públicos y privados que renunciaron a su libertad para cedérsela al Minedu siempre llegan tarde, desfasados con su tiempo.

Algunos ejemplos de «llegada tardía» en educación incluyen la centralidad del alumno en la educación que por lo tanto deviene en “estudiante”, la autonomía escolar, el descarte de la educación memorísticas y las pruebas estandarizadas, el aliento al aprendizaje práctico y contextual, la valoración del arte y las manualidades, el aprendizaje basado en proyectos colaborativos interdisciplinarios (incluyendo más recientemente el abordaje de Design Thinking), la incorporación inmediata de las nuevas tecnologías a las aulas, la preocupación prioritaria por el bienestar socioemocional y el cuidado de la salud mental de los estudiantes, la educación basada en competencias (aunque rápidamente se han sumado los detractores por ser determinista y controlista de los desempeños de los estudiantes), la educación inclusiva, la obsolescencia del currículo por áreas, la globalización como reto y contenido continuo en el aprendizaje, el variado intercambio de estudiantes en programas nacionales y extranjeros, la incorporación de los retos laborales a la temática escolar, la riqueza del mundo extraescolar fuera del alcance escolar, etc.

Los grades impedimentos para estos desarrollos tienen que ver con la burocracia y lentitud en la implementación de políticas educativas de parte del Minedu que como dije, no quiere ceder el control educativo a las escuelas; la rémora de las universidades y los propios colegios para actualizarse, el continuo desfase tecnológico, la retrógrada formación y actualización docente, sumados a la usual resistencia al cambio, la inercia cultural e histórica, las nunca atendidas desigualdades socioeconómicas y la escasa investigación original en educación.

Algunas de las opciones de vanguardia que estarían en una agenda a considerar serian:

1). La eliminación de los currículos tradicionales obsoletos que no preparan a los estudiantes para el mundo real, cambiándolos por abordajes más flexibles y adaptativos respetando los contextos particulares de cada colegio.

2). La desescolarización parcial que alienta el aprendizaje individualizado y autónomo y la experiencia directa. Para talleres, laboratorios y deportes se mantendría la escolarización formal, aunque en organización multiedad, sin apelar a las cohortes tradicionales

3). La eliminación de evaluaciones y calificaciones estandarizadas que promueven una educación homogeneizadora, competitiva y comparativa, en lugar de colaborativa, y que estigmatiza a los estudiantes como ganadores o perdedores sin reconocer sus diferencias.

4). Integración de tecnologías emergentes ni bien salen al mercado.

5). Participación activa de los estudiantes en la administración educativa de cada centro educativo incluyendo la selección de docentes y la creación de políticas educativas.

Hacia una Revolución Educativa.

Estamos hablando de una revolución educativa que implique la eliminación de programas convencionales, textos escolares y evaluaciones estandarizadas, permitiendo a los estudiantes tener un papel activo y determinante en la creación de políticas educativas. Quizás sea tiempo de considerar el desmantelamiento creativo del sistema educativo tal como lo conocemos.

Un desmantelamiento que dé paso a un nuevo orden donde la educación sea una experiencia viva, adaptativa y que se nutra de la riqueza cultural que ofrece la globalización. Una desescolarización parcial que promueva un modelo completamente descentralizado donde los jóvenes se agrupen naturalmente según sus intereses y habilidades, aprendiendo a través de experiencias prácticas en la comunidad, guiados por mentores.

En una escuela que adopta una revolución educativa de tal magnitud, los horarios y bloques tradicionales darían paso a estructuras mucho más fluidas y adaptativas. Así es cómo me imagino que podría ser una opción de horario de un día típico para un estudiante
8:00 AM – 8:45 AM: Encuentro comunitario – Un momento para que estudiantes, mentores y miembros de la comunidad se reúnan, compartan noticias, establezcan objetivos para el día y participen en actividades de bienestar (meditación, yoga, ejercicios de respiración).
8.45: 09.30 AM y de 10:00 AM a 10:45 A.M : Building bricks, – Los estudiantes estudian las disciplinas de construcción acumulativa (comunicaciones, matemáticas, inglés, tecnología)
10:45 AM – 12:30 PM: Exploración autónoma – Los estudiantes se embarcan en proyectos individuales o grupales que están diseñando y liderando ellos mismos. Este bloque está dedicado a la investigación, el aprendizaje práctico y la exploración creativa. Los profesores mentores están disponibles para guiar y facilitar según sea necesario.
12:30 PM – 1:15 PM: Almuerzo comunitario y tiempo libre – Un espacio para que todos se relajen, socialicen y se nutran con una comida saludable.
1:15 PM – 3:00 PM: Talleres colaborativos – Los estudiantes pueden elegir asistir a diversos talleres que se ofrecen ese día, que podrían estar liderados por otros estudiantes, mentores, o expertos de la comunidad local o global.
3:00 PM – 4:00 PM: Reflexión y documentación – Los estudiantes tienen tiempo para reflexionar sobre su aprendizaje del día y documentar sus progresos y descubrimientos en sus portafolios personales de aprendizaje.
4:00 PM – 6:00 PM: Actividades extracurriculares – Un espacio para actividades físicas, artísticas, tecnológicas, etc., donde los estudiantes pueden explorar diferentes habilidades y pasatiempos, desde deportes hasta artes y robótica.

En una era donde la tecnología nos brinda oportunidades inimaginables para personalizar la educación, ¿no es acaso anacrónico aferrarse a las prácticas del pasado?

No tengo mucha fe de que esto pueda hacerse con los ministros de educación sucesivos que tendrá este gobierno, elegidos a gusto del congreso, para sacudirse del fracasado modelo vigente en toda América Latina. Pero quizá las agrupaciones políticas que se están gestando para las posibles elecciones del 2026 tengan la inteligencia y coraje de plantearlo, y una vez elegidos, implementarlos para que de una vez por todas el Perú se coloque en el mapa mundial de los países innovadores en educación, cuyos estudiantes estudian hoy los temas relevantes para mañana, con una propuesta pedagógica acorde con los tiempos.

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