Recuerdo que en mi época universitaria en la UNI las paredes estaban pintadas con imágenes del Ché Guevara, Castro, Marx, líderes de la URSS y un profesor me decía “toda esa ideología comunista queda pintada en la pared o en los actos de fuerza de los paros estudiantiles. Si hablas con la mayoría de los que lo hacen verás que no entienden nada. Hacer eso les permite “pertenecer” a la organización estudiantil… (como en las pandillas o mafias o grupos terroristas). Exhibir «valores» en las paredes a alguna gente la libera de tener que vivir en función de ellos y asumir sus implicancias.
También recuerdo un psicólogo que me decía que muchos “don juanes” en realidad era gente impotente o con debilísima autoestima, pero que para protegerse mostraban la imagen contraria a la de su identidad real. En suma, no pocas veces “exhibir” valores o la fuerza lo que hace es encubrir los contrario.
Eso me viene a la mente cuando me pregunto si ese costoso y retrógrado desfile militar del 29 de julio que nutre la vanidad de las autoridades a los que se les rinde pleitesía, y que cierto público disfruta porque “es tradicional” o no hay otra cosa que hacer a esa hora, además de dañar las pocas pistas enteras que quedan, en lugar de exhibir fortalezas lo que hace es encubrir inconsistencias y debilidades… (fáciles de imaginar)
Me pregunto ¿qué pasaría si el presidente anunciara que en lugar de un desfile militar se convoca a la ciudadanía a un gran pasacalle artístico musical por ciertas avenidas, actividades cívicas, deportivas y culturales en plazas, parques, e instituciones diversas, etc. para que el tono de la celebración patriótica en lugar de ser el de la solemnidad militar sea el de la cordialidad civil; que los protagonistas no sean los militares sino los artistas, artesanos, las familias y barrios que se organizan para participar, y que todos los recursos que se gastan en ese show militar se canalicen hacia los servicios de salud y educación, por ejemplo de las propias instituciones de las FF.AA. y Policiales?
Nada de esto pretende negar méritos a los valerosos y heroicos hombres y mujeres de uniforme que por vocación y con valentía entregaron y lo siguen haciendo su vida por construir y defender su patria, -hemos visto muchos casos así en los rescates por los recientes desastres naturales-.
La pregunta es si esos desfiles militares resaltan esos valores y vocaciones y si no hay otras maneras de reconocerle su valor a las FF.AA. y Policiales que no sea hacerlos marchar.
¿Qué dicen los amigos del FB?
Artículo afin:
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Ed. ciudadana de escolares mal evaluada ICCS-2016 (León Trahtemberg). Lo cuestionable es que esto no evalúa las actitudes reales de los estudiantes sino su participación en situaciones escolares formales de tipo electoral y sus respuestas frente a lo que harían en situaciones hipotéticas, remitiéndose a responder lo deseable o políticamente correcto, sin que se registren sus disposiciones reales, compromisos y actitudes
(LT: muy bien, pero ¿alguna vez han escuchado hablar que los congresistas se forman para iniciar las sesiones? ¿o los trabajadores de una oficina? ¿o los asistentes a un evento cultural? ¿Por qué seguir tratando a los alumnos como soldados sometidos a los mandatos del comandante-director, como si estuvieran en la formación militar de un cuartel? ¿Qué porcentaje de alumnos escucha y retiene lo que dice el orador delante de esa formación?
¿A eso le llaman formación ciudadana, a simular la formación que se hace en un cuartel o ceremonia castrense? Sería mejor eliminar de todo esas formaciones, des-cuartelizar los colegios, respetar a los alumnos y recibirlos en clase. Si el colegio tiene que comunicarles algo, que lo haga a través de sus respectivos profesores o tutores en sus respectivas aulas)