No acepto la tesis que dice que el profesor de secundaria es menos capaz para evaluar alumnos que el de primaria, y que por eso no pueden hacer suyos los avances en la evaluación cualitativa propuesta por el Minedu para la alta secundaria.

Eso es lo que parecen suponer implícitamente quienes dicen que profesores de secundaria que aún no lo aplican no están preparados para la evaluación cualitativa que propone el Minedu, para completar de una vez los tres grados faltantes para generalizar esa visión de aprendizaje. Eso permitiría migrar finalmente a una evaluación que retroalimenta el aprendizaje, dejando en el pasado la tradicional numérica que etiqueta y condena al alumno “por no aprender como los demás”.

Los alumnos que hoy pasan a 2do de secundaria ya han vivido con esa visión cualitativa desde primaria que resulta más beneficiosa para comprender qué aprendizajes están logrando y cuáles deben apuntalar, cosa que no se evidencia cuando simplemente se pone un número para intentar representar sus aprendizajes.

Si le dicen a un alumno “tienes 14”, ¿de qué le sirve eso? ¿Qué le están diciendo respecto a lo que aprendió o lo que no logró? Absolutamente nada. Solo le colocan una etiqueta numérica de la que hay que deducir que está por debajo de quienes tienen 15 a 20 y por encima de los que tienen 13 o menos. En cambio, si le dijeran, por ejemplo “domina las operaciones matemática pero no logra interpretar adecuadamente los enunciados de los problemas para definir cómo resolver los problemas” le están dando una información cualitativa descriptiva y útil sobre lo que sabe y no sabe este alumno.

¿Cómo evaluar en una escala numérica -cuantitativa- habilidades o competencias complejas como: creatividad, liderazgo, comunicación, emprendedorismo, análisis crítico, colaboración, tenacidad, resiliencia?; ¿tiene sentido decir que Jaime tiene 16.4 en creatividad y Juana tiene 16.8?

Eso sólo es posible si se pretende evaluar a partir de una prueba única formal, asignar puntajes a cada pregunta y sumar los puntos alcanzados al final por cada alumno, sin entender la manera como interactúan entre sí todas las competencias intervinientes… Pero ¿eso es evaluar creatividad? ¿Esos números tienen algún sentido?

La evaluación numérica es heredera de un sistema que piensa que hay una sola manera de aprender algo y eso se evidenciará con alguna prueba que admita una sola respuesta como correcta. Esa época ya pasó. Hoy en día interesan mucho más las competencias duras interdisciplinarias y las blandas “no medibles” que aquellas que responden a una evaluación estandarizada que prescinde del entendimiento de las diferencias personales y los contextos específicos de aprendizaje.

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