Sin duda no. Esto lo vemos en todos los colegios, lo vemos con cualquiera de nuestros hijos, en todo el espectro de instituciones educativas desde las de élite hasta las más miserables. En todos hay “los mejores” y “los peores” alumnos, y eso ocurriría de modo universal en esa hipotética situación de un colegio uniforme para todos. ¿Por qué? Porque cada niño es diferente en su ADN, psicología, intereses, capacidades cognitivas, etc. lo que hace que su abordaje de los asuntos escolares sea distinto, y dependiendo de lo que priorice la escuela, serán rankeados colocando a unos arriba y a otros abajo en la escala de méritos.

Entonces, ¿tiene sentido aspirar a que todos obtengan los mismos resultados? De ser así, estaríamos “premiando” a unos por su carga genética/psicológica/familiar ventajosa para encarar los retos escolares frente a los otros que la tienen diferente o disminuida.

Siendo así, ¿debe ser el colegio un espacio de segmentación y condena a los alumnos en función de su carga genética/psicológica/familiar de origen, que la escuela uniforme para todos no podrá modificar sustantivamente, o debe ser la escuela el espacio de igualdad de oportunidades para ser buenas personas y felices, lo que implica algo distinto para cada alumno?

Si optamos por lo primero, la “meritocracia” gestada por estándares e indicadores de logros uniformes para todos que desde el saque favorece a unos y perjudica a otros, hará que los logros en la escuela (y luego en la universidad, el empleo) sean más un producto de factores heredados y de-partida que de logros reales respetando la diversidad.

Si optamos por lo segundo que reconoce las diferencias personales, apostaremos por un espacio de mayor justicia social y equidad, lo que vuelve imprescindible una educación personalizada cuyo objetivo no sea que “todos aprendan lo mismo” (que es discriminatorio) sino que cada uno aprenda lo que le resulta relevante para tener éxito, cultivar su pasión y ser feliz en su caso particular.

Pero, eso no se puede lograr con un sistema educativo que aspira a la uniformidad, que todos aprendan lo mismo, con el mismo currículo, los mismos quehaceres escolares y lo evidencien de la misma manera, con los mismos formatos, exámenes y criterios de evaluación. Esa escuela que todos conocemos, es una escuela “para el tercio superior”, que es ese pequeño segmento de alumnos enaltecidos porque combinaron sus capacidades psicológicas/familiares/heredadas de entrada con la adaptación no frustrante a lo que se le antojó demandar a la escuela como indicador de logro.

Cambiar ese chip, hacia uno que favorece el éxito de todos, está en la base de la verdadera revolución educativa. Eso no se resuelve simplemente metiendo en el sistema más dinero, profesores, capacitación, textos, estándares, pero siempre en torno al mismo objetivo de que todos aprendan lo mismo usando los mismos estímulos y formatos, ni aspirando a que todos logren las mismas competencias al mismo nivel “satisfactorio” que imaginaron los curriculeros como sinónimo de éxito escolar y promesa de éxito postescolar.

Es la creación de esa nueva escuela la que debe ser alentada por las autoridades, en nombre de la justicia social, equidad y la búsqueda de la realización personal de cada peruano, que son valores que inspiran a nuestra Constitución.

En FB: https://www.facebook.com/leon.trahtemberg/posts/2433330253434162

En FB2: https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=2544037185661144&id=188984777833075&__xts__[0]=68.ARAfZOSg09V2h5cdq4CCHt2Y6uuLGpCUXWQkA8hDQqbdbIVE2bRkCmlj7Qvrutzbn1xO6L5xCWcXJS2sVUO47Bf3VqxIemgq6-g5q_xy69K5pfyQXzTnBgGADorTJjYV46rO5GUwE1tW732t6N0H-lzz-V68rWx3TW-TrnRNRtxayK1CxlVK-thcOBTQNzrKm-ExYNn4bICYkXUcIYqyi4JlTo6u87w8JOWX5gC5GWTANCIWgKZzU66W6IZVl5YFBgzAdxbO9tgWJLZ8zKrrs75yW2OyQzvPrkJekmlj4NMOvqvPrurCokbaL5kO404mBH1Wy8fJ1fyfJ1lhH1qdVQ&__tn__=-R

Artículos afines:

Ciudadanía: la educación frente a la señal de los tiempos: incertidumbre, sorpresa, no linealidad ni predictibilidad.

Un Crimen Llamado Educación (Urgencia de reformar la educación escolar – Jürgen Klaric)

Los maestros del Perú merecen más… LOS MAESTROS: LOS HÉROES OLVIDADOS Y VAPULEADOS (Coronavirus)

El coronavirus parece salvar a la mayoría de los niños de la enfermedad, pero su efecto sobre su salud mental se está profundizando TIME Jeffrey Kluger 23 07 2020

Carta de León Trahtemberg a los estudiantes de los colegios del Perú

Richard Gerver: “Hay demasiadas modas pasajeras en la educación”.Las escuelas se centran demasiado en lo académico. En España o Inglaterra los exámenes son la razón de ser de la escuela. Esto tiene que parar. La educación no va de aprobar exámenes, sino de desarrollar a los jóvenes para que tengan éxito. Los profesores no necesitan los exámenes para eso. Seamos serios. Están evaluando a sus alumnos todo el tiempo. Los exámenes existen porque les gustan a los políticos y los piden los padres. Pero, en realidad, como herramienta, obstaculizan la educación, no la mejoran. La OCDE señala que los países con sistemas que se centran en exámenes son en los que los chicos tienen más dificultades para encontrar un trabajo. Esto se debe a que la educación no está enfocada a su desarrollo, sino a prepararlos para un examen.

Dos culturas diferentes de la Reforma Educativa

Bienvenida la contra reforma educativa

Necesitamos una educación más viva y auténtica’: Jennifer D. Klein La experta en educación habla de un modelo del que es pionera: el que cambia materias por proyectos. La diferencia más grande de la educación basada en proyectos es que lo hacemos al revés. Los estudiantes están con el reto desde el primer momento, con la pregunta que quieren resolver. Y el profesor no está anticipando y enseñando antes de que surjan las preguntas; la idea es que los estudiantes hagan su investigación y surjan más y más preguntas y el profesor vaya llenando los huecos cuando aparecen.

¿A quién debemos suspender? (Otros conceptos sobre evaluación y aprendizaje significativo). Si les dejamos opinar, los escuchamos y descubren que sus comentarios son importantes, la evaluación se convierte en aprendizaje

Esta crisis de aprendizaje está ampliando las brechas sociales en lugar de reducirlas. Millones de niños en el planeta van a la escuela, pero no aprenden ni siquiera lo básico para escapar de la pobreza, afirma el Banco Mundial, al advertir de una «crisis de aprendizaje» en la educación global que acentúa la desigualdad social. Aunque en muchos casos completan la educación primaria e incluso secundaria, los estudiantes no logran calcular el cambio correcto cuando compran algo, no pueden comprender una receta médica o interpretar una campaña publicitaria

(Varios en América Latina lo venimos diciendo hace tiempo pero el sistema tiene los reflejos de un enfermo terminal….) Chile: llevamos más de una década con los resultados en las pruebas estandarizadas estancados de acuerdo con evaluaciones nacionales e internacionales.Mientras no cambiemos la forma en que la política educativa, la gestión escolar y los docentes conceptualizan el aprendizaje y las prácticas que dicha concepción acarrean, no mejorará la calidad de la educación. Tal como lo planteó Einstein, es una locura hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes. Es el momento de cambiar la mirada y las acciones.

¿Reformar o Transformar la Educación?

Reforma o Renacimiento